Revista Cultura y Ocio

Efectos secundarios

Publicado el 16 abril 2013 por _jorge_

Me he enterado que Soderbergh se va a retirar de hacer cine. Sinceramente no me lo creo, pienso que se va a tomar algunos años de asueto, pero que volverá a dirigir, no podrá evitarlo.

Me gusta Soderbergh, me gusta su frialdad y su desapego. Es un auténtico sajón-pescado hervido y sangre de horchata que le imprime esa distancia a sus películas, y resultan atractivas. No llega al estilo casi autista de los directores escandinavos, estilo iceberg, donde un crimen pasional es como ciencia ficción, pero se acerca bastante. Aún recuerdo con sublime sorpresa como en la peli de Bergman del matrimonio (Historia de un matrimonio) la Ullman se da de hostias con el actor que hace de su marido. No me lo creía. Anatema. Herejía.

Bueno, volvamos a esta efectos secundarios, peli que podría haber sido entresacada de un buen libro de Grisham, de suspense político/capitalista, aunque los malos en esta filmación no son lobbys de influencia o multinacionales que se cagan en los derechos civiles, pero podrían serlo si se hubieran transformado ciertos aspectos del argumento y se hubiera hecho una producción más al estilo de “La tapadera”, “El informe pelícano” o afines.

Jude Law y la Zeta Jones, a la que aquí ya se la ve más talludita pero que de todas formas sigue teniendo un empujón zezuá, conforman el protagonismo estelar de este thriller bien llevado, correcto, flojito de fuerza, pero esto por culpa directa del realizador que no lo sube de revoluciones gracias a algo de acción, música en allegro, etc…

Soderbergh se queda en su rincón minimal y hace la peli así, con lo mínimo indispensable, pero no es un error, es simplemente un estilo y una forma de entender el cine.

¿Nos ha gustao? Sí, pero es fría, como la sopa tibia o un gin-tonic con el hielo derretido.

Efectos secundarios

Por El niño sipote


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista