Efectos secundarios

El despertador, puntual. El desayuno, equilibrado. El café, en su punto. La radio, sintonizada. La bolsa, subiendo. El aparcamiento, libre. Los balances, cuadrados. La reunión, participativa. La promoción, asegurada. El director, contento. El aperitivo, exquisito. El entrenamiento, exitoso. La película, divertida. El debate, animado. La cena, frugal.

“Este ha sido un buen día”, pensó mientras apartaba el edredón. “Y con lo cansado que estoy, la noche también será buena”. Henchido de confianza, abrazó la almohada.

El que aniquila sus pesadillas tampoco corre el riesgo de soñar.