Un joven médico francés, muy aguerrido y atractivo, realiza la primera transfusión de sangre en un ser humano en el año 1667. Jean-Baptiste Denys, así se llamaba este genio de la medicina, utilizó como cánulas las plumas de algún pajarraco y la sangre utilizada... fue de una oveja. Cierto es que el enfemo murió pocos días después de aquella exitosa operación, pero alguien tenía que empezar a experimentar (con humanos)