Kim Jong Um, joven, soltero de oro, hombre de moda y con cara de
Los coreanos, los del sur claro, con la ayuda de sus enormes testículos y de los Yankees le plantaron unos barcos modernos y potentes al bueno de Kim delante de las costas norcoreanas y este después de hacerse caca y pis se lo pensó mejor, y eso que según él, la cosa seria “Una actividad especial que empezaría en poco tiempo y acabaría en tres o cuatro minutos”. Desde luego el chaval lo de escupir al cielo no acaba de entenderlo.