Revista Opinión

Efemérides: Gerónimo

Publicado el 17 febrero 2016 por Habitalia
Hace 107 años, en 1909, fallece Gerónimo en la reserva india de Fort Sill, en Oklahoma, Estados Unidos, gran guerrero y jefe de la tribu apache de los chiricahuas de Norteamérica que destacó durante los enfrentamientos entre el pueblo apache y las autoridades de Estados Unidos y México.

Su nombre en idioma chiricahua fue Goyakla, que significa "uno que bosteza", nombre que su padre le dio debido a que de pequeño estaba cansado con frecuencia. Fue despiadado con sus enemigos y leal con sus amigos.

Pero, ¿por qué era conocido como el jefe Gerónimo? ¿Qué acontecimientos le convirtieron en un personaje distinguido?

Todo empezó cuando un grupo de militares mexicanos hizo una incursión al campamento apache donde habitaba con sus iguales y asesinaron a todas las mujeres, niños y ancianos que encontraron a su paso, entre ellos su esposa y sus tres hijos. Aquel doloroso episodio hizo que Goyahkla jurase venganza eterna.

A partir de ese día, el indio fue convirtiéndose paulatinamente en una pesadilla para el ejército de México y los colonos del norte de Arizona, a los que atacaba y saboteaba de forma incansable. Además, siempre lograba escapar de quienes querían echarle de su tierra, riéndose a la par de aquellos que le tenían por hombre muerto.

Fue en mitad de este contexto cuando empezó a ser conocido como Gerónimo, puede que debido a los gritos de los mexicanos invocando a su patrón, San Gerónimo, mientras huían de las ofensivas del chamán.

Lejos de conformarse con hacer la vida imposible a los mexicanos, también se cebó con el ejército norteamericano, protagonizando una década de fugas y persecucciones propias de una película de acción. Llegaron a perseguirle hasta 5.000 soldados norteamericanos y 3.000 mexicanos, y los periódicos le mostraban como el villano más temible y detestable de la nación.

Pero a pesar de su condición de líder, Gerónimo no llegó a ser nunca jefe de los apaches, aunque sí un hombre respetado al que le atribuyeron poderes de adivinación, clarividencia e interpretación de los signos de la naturaleza. De hecho, él mismo llegó a asegurar que no existía bala capaz de matarle, lo que hacía que los suyos llegasen a pensar en su posible inmortalidad.

Tras rendirse y ser trasladado junto a 450 apaches a Florida y un año después a Alabama, fue reubicado en Oklahoma, donde se convirtió al Cristianismo y construyó su autobiografía. Deseaba volver a Arizona, hasta el punto de pedir en persona al presidente Roosevelt que devolviese a su pueblo a su tierra natal, intento que resultó fallido. Finalmente, el terror ífico Goyahkla murió en Oklahoma con más de 80 años debido a una caída desde su caballo.


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