Al Oeste del Mar de Galilea, en el desfiladero conocido como Cuernos de Hattin (Qurun-hattun) tiene lugar una batalla entre el ejército cruzado, formado principalmente por contingentes Templarios y Hospitalarios a las órdenes de Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, y Reinaldo de Chatillon, contra las tropas del sultán de Egipto, Saladino.
Ambos ejércitos cuentan con unos 17.000 efectivos cada uno, pero al finalizar el día, el general Saladino habrá vencido a los ejércitos cruzados y por la noche Guy de Lusignan será capturado prisionero, al igual que Reinaldo de Chatillon, el peor enemigo de Saladino. Como éste ha prometido, le corta la cabeza él mismo. A continuación, Saladino se dirigirá con su ejército de más de 70.000 hombres, a asediar la ciudad santa de Jerusalén, defendida por Balian de Ibelin, donde llegarán a un acuerdo para que los cristianos puedan abandonar la ciudad con la promesa de no ser atacados por las tropas sarracenas. Por eso, se considera la batalla de los Cuernos de Hattin como el detonante de la pérdida de Jerusalén a manos sarracenas. Todo ello dará pie a que al año siguiente se convoque en Occidente la Tercera Cruzada, que estará encabezada por el rey Ricardo Corazón de León de Inglaterra. (Hace 829 años)
Al-Nāsir Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb (en kurdo: Selahedînê Eyûbî, y en árabe: صلاح الدين يوسف بن أيوب), más conocido en occidente como Saladino, Saladín, Saladin o Saladine ( 1138, Tikrit ( Irak) - 4 de marzo de 1193, Damasco), fue uno de los grandes gobernantes del mundo islámico, siendo Sultán de Egipto y Siria e incluyendo en sus dominios Palestina, Mesopotamia, Yemen, Hiyaz y Libia. Con él comenzó la dinastía ayubí, que gobernaría Egipto y Siria en los años posteriores a su muerte.
Defensor del islam y particularmente de la ortodoxia religiosa representada por el sunismo, unificó política y religiosamente el Oriente Próximo, combatiendo y liderando la lucha contra los cristianos cruzados y acabando con doctrinas alejadas del culto oficial musulmán representado por el Califato Abasí. Es particularmente conocido por haber vencido en la batalla de Hattin a los cruzados, ocupando de nuevo Jerusalén para los musulmanes y tomando Tierra Santa. El impacto de este acontecimiento en Occidente provocó la Tercera Cruzada liderada por el famoso Ricardo I de Inglaterra que se convirtió en mítica tanto para occidentales como para musulmanes.
Su fama trascendió lo temporal y se convirtió en un símbolo de caballerosidad medieval, incluso para sus enemigos. Sigue siendo una figura muy admirada en la cultura árabe, kurda y religión musulmana.