Revista América Latina

Eficiencia… ¿para qué?

Publicado el 12 mayo 2013 por Jmartoranoster

Antonio Aponte

La eficiencia no es un concepto aislado de la ideología, dependerá del proyecto social al cual sirva. De allí que quien no conozca las ideas que lo impulsan, quien desprecie la teoría, el pensamiento, desconocerá su proyecto y será condenado a la esclavitud, vientos ajenos hincharán sus velas, sus sueños se perderán en la ignorancia sembrada por los dominantes. Ya lo dijeron los clásicos: “ser cultos para ser libres”. Veamos un ejemplo extremo: las cámaras de gas eran consideradas por los nazis muy eficientes, la Bayer se esmeró en su construcción, los oficiales nazis estaban orgullosos del alto rendimiento. Los gringos son eficientes en la producción de guerras, y de tranquilizantes y ansiolíticos para calmar las angustias de esas guerras. Para el capitalismo la eficiencia está en estrecha relación con la plusvalía, la acumulación de capital, que no es otra cosa que el fruto de  la explotación del hombre.Toda su actividad gira alrededor de justificar, mantener y defender esa ganancia y ese sistema. Su meta es que el consumo no se detenga, que la rueda de la explotación siga girando y que la humanidad acepte ese sistema como natural.Lo que favorezca estas metas es eficiente, lo que las perjudique es ineficiente. Esta meta perversa se maquilla con niveles altos de la producción, del PIB, de la ganancia. El humano es considerado sólo como consumidor-productor: quien no consuma no existe. Este sistema donde el hombre es una pieza más, y la ganancia, el lucro, lo es todo, su medida de la eficiencia ha llevado a la humanidad a las orillas del infierno. El Socialismo evita la trampa de la “eficiencia capitalista”, debe construir sus propios criterios, la eficiencia tendrá en el centro al humano. Lo que ofrece el capitalismo a la humanidad no puede llamarse eficiencia, a ese absurdo sólo le cuadra la palabra autodestrucción. Es así, la productividad más eficaz del capitalismo es la destrucción de la naturaleza, de la psiquis del hombre, de la armonía social. El Socialismo basa su eficacia en una meta superior: el rescate de la armonía de la especie con su entorno. Este fin determina todo su accionar. De esta manera la visión del mundo es otra, su esencia será, como dicen los clásicos, un humanismo y un naturalismo. Las necesidades auténticas del humano condicionarán la producción, el resguardo de la naturaleza determinará la forma de producir, de consumir y de distribuir: estarán regidos por las necesidades de cada quien. La eficiencia socialista se soporta en la Propiedad Social de los medios de producción, en el rescate del sentido de sociedad. De esta manera el mayor logro, la mayor eficacia socialista será la sobrevivencia de la especie, ya esto sería suficiente para optar por el Socialismo y desechar la cacareada eficacia capitalista. Pero más allá de esta justificación, la felicidad del humano no es posible bajo el capitalismo que sólo ofrece espejitos. ¡Con Chávez, con Maduro!

¡Los problemas del Socialismo sólo los resuelve el Socialismo!

 

Un Grano de Maiz


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