Escuché en una ocasión que quien no conoce el Egeo no sabe qué color es el azul marino. La instantánea está disparada desde un barco, en un atardecer transparente, con los pueblos blancos encaramados en la montaña. Son típicas la subida en burro a Santorini, los mollinos de Mikonos y el viento que riza con frecuencia un mar tranquilo. La comida a bordo no está mal, y aumentar de peso es tan inevitable como placentero.