Egipcios yankis

Christian Bale como el judío Moisés.

En la última entrada de este blog hablé sobre los portales mágicos a raíz del lanzamiento del teaser trailer de Tomorrowland, lo último del director de Ratatouille. Otro trailer también avecina la llegada de otro momumental estreno estas navidades: Exodus. La épica historia que enmarca el relato bíblico está protagonizada por caras hollywoodienses. Hollywood además de un lugar es una manera de entender el cine. Es un gran dinosaurio y como me dijo un amigo mío ahora romano es un mastodonte ya muerto pero que hasta que se le escape el último aliento de vida tiene para rato. Idea que también comparte Steven Spielberg o George Lucas.

A lo largo del rodaje de Exodus salió la polémica del hecho de narrar una historia desarrollada en Egipto pero sin rastro de gente de esa raza en la plana principal de actores. Una discusión que es el cuento de nunca acabar. Escándalo o no, la estrategia de asegurar el éxito de un film de proporciones épicas con actores conocidos se remonta al comienzo de Hollywood y como paradigma ahí está Elizabeth Taylor como Cleopatra.

Paul Schrader, guionista de Taxi driver, se fijó en Pickpocket de Bresson.

Robert Bresson fue un director francés que no entendía el cine sin actores no profesionales. Es decir, un cine sin actores. La vida de un actor, por así decirlo, duraba un solo papel. ¡Qué estúpido y artificial es ver la misma cara de un actor protagonizando personajes con diferente personalidad! Al igual que Bresson hay decenas de directores que prefieren la naturalidad de un actor no profesional. Historias tan verdaderas salieron de la época del neorrealismo o sin irnos tan lejos Laurent Cantet (La clase, Foxfire) emplea este método. Y en cierta forma es lo que se persigue cuando se apuesta por un actor novel: presentar al espectador un rostro desconocido para que el efecto de inmersión en la película no se vea nublado por el recuerdo de otros papeles suyos. Para mí fue una gozada ver por primera vez a Jessica Chastain en El árbol de la vida.

El caso de Exodus es más problemático. ¿Qué hace un tipo blanco interpretando el papel de un hombre negro? ¿Qué hace Joel Edgerton, australiano, haciendo el papel de Ramsés? Por otras razones antiguamente los papeles de mujer en el teatro los interpretaban hombres. Hoy en día en un mundo caracterizado por la diversidad sigue existiendo películas con el caso de decisiones de casting como Exodus. Y estamos acostumbrados. Llevamos toda la vida viendo cómo Hollywood nos cuenta nuestra propia historia en cada película histórica que hace. Conocemos la historia del Imperio Romano, de la Edad Media, de los Vikingos, etc, etc, a través de EE.UU. ¿Os imagináis que 12 años de esclavitud se hubiera rodado en Luxemburgo con actores españoles y en chino? Sería ridículo. Pues cuando se lleva un siglo haciendo, deja de serlo. Nuestro hispano Máximo Décimo Meridio lleva la cara de Russel Crowe.

Como caso español, los técnicos españoles se quejaron de que la próxima serie de Alatriste iba a rodarse en Budapest alegando que era una historia típicamente española (y que iba a llevarse decenas de puestos de trabajo). La única respuesta posible es “Ha Llegado La Globalización”. Exodus también se grabó en Canarias y no creo que haya pisado Egipto.

En fin, esto es el mundo del espectáculo. Ridley Scott no esta haciendo un documental pese a que todos los esfuerzos se vayan en lograr un diseño de producción cuasi simétrico con lo que pudo haber sido el antiguo Egipto en sus ropas, construcciones y costumbres. Pero es una pena perder la frescura que sería ver rostros de esa tierra en la película. ¿Os imagináis que en vez de asiáticos o africanos en películas en las que aparecen esos personajes fueran blancos disfrazados? Difícil. Y es que despreciar la variedad étnica del ser humano es cuanto menos una lástima. Os dejo este vídeo que encontré bajo el título de “All the pretty places…”