Nos levantamos a las 7:45 horas. A las 9:00 horas nos bajamos al Restaurante Z a tomarnos unos capuccinos y con ellos nos vamos a buscar un taxi que nos lleve a ver el broche final del viaje, Saqqara, Dashur y Menfis. Hoy nos toca ver los restos más antiguos de la época faraónica. Basta que quieras uno para que nadie te pite o te ofrezca. Paramos uno, le decimos el plan y como no sabe nada de inglés no hay forma de entenderse. El segundo intento sale mejor, le ofrecemos 250 LE y accede. Respecto al precio, más bajo de esto es difícil. Se tarda unas 6 horas y está a unos 35 km. de El Cairo.
El señor taxista es majete pero casi no habla inglés, además es como un armario empotrado. En salir de la ciudad tardamos unos 45 minutos, bastante tráfico y además es tan grande El Cairo que parece que no se acaba nunca. Pasamos muy cerquita de las Pirámides de Gizha y nos despedimos de ellas. Resultan tan imponentes... Poco después cogemos un desvió hacia Saqqara.
Pasamos por zonas más rurales y en 30 minutos más llegamos a Saqqara. A la entrada del complejo como siempre control policial, le piden el carnet al taxista y a nosotros nos preguntan donde estamos alojados y donde vamos a ir después. Contestado a todo unos metros mas adelante nos bajamos para comprar las entradas. Adultos 80 LE y estudiantes 40 LE, a parte tenemos que pagar 5 LE por el coche. Nos sirven los carnets. Nos montamos en el coche y vamos hasta el aparcamiento que hay junto a la necrópolis. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1.979.
La importancia de este lugar se debe a los restos de complejos funerarios, erigidos por los faraones del Imperio Antiguo y la gran cantidad de tumbas de nobles, pues el lugar, consagrado al dios Sokar, fue elegido por los faraones del Imperio Antiguo para establecer su necrópolis; ésta fue saqueada desde tiempos antiguos. La tumba del monarca más antiguo posiblemente enterrado en esta necrópolis pudo ser la de Narmer.
En Saqqara, Imhotep (el primer arquitecto conocido del mundo) diseñó para su faraón Zoser, de la dinastía III, una tumba con un diseño revolucionario, la pirámide escalonada, la primera de grandes dimensiones erigida en Egipto. También se encuentran muchas mastabas de miembros de la élite del Imperio Antiguo, que solían disponerse próximas a las pirámides de sus soberanos.
Lo primero que vemos es una especie de muralla con una puerta, en su día tenia 14 puertas falsas y solo una era por la que se podía acceder al interior. Entramos y accedemos a una sala de columnas de piedra redondeadas como si fuesen palmeras. Son las primeras columnas que se construyen, y como Imhotep no se fiaba de su aguante, las agrupó en pares y relleno el espacio entre ellas. Los pesados vendedores vienen a ver si les compramos algo.
Salimos a una gran explanada, aquí un camellero y un tipo con un burro vienen para ver si queremos montanos. A continuación uno de los vigilantes nos enseña unas llaves y nos dice si queremos ver 3 tumbas, le decimos que en la guía viene que son gratis, el asiente, pero ante el que no le vamos a dar nada, se marcha a ver si engaña a otro de los pocos guiris que anda por aquí pululando. Vemos a la derecha la gran Pirámide Escalonada, que es el primer monumento construido en piedra en la historia de la humanidad. La vemos con andamios y es que un equipo combinado de expertos egipcios y británicos está llevando a cabo un proceso de restauración y de reforzamiento estructural de la pirámide, especialmente la cámara funeraria que está en peligro de derrumbarse.
Saqqara, al igual que Giza, no eran asentamientos habitados, eran ciudades para los muertos. La forma de la pirámide no fue planificada desde un principio. Inicialmente sólo se desarrolló una mastaba, como era la tradición. Pero se dice que el faraón Zoser se encontró muy decepcionado al ver la baja estatura de su tumba y demandó que se haga más alta. Es así que al genial arquitecto Imhotep se le ocurrió crear una plataforma encima de la primera, y luego otra, y otra, hasta un total de 6. Para ello iba ampliando las mastabas inferiores, hasta cubrir una base de 125 x 109 metros. Fue construida en la III Dinastía (2.650 a.C.).
Se nos acerca un guía para tratar de hacernos una visita guiada, como nos ve que no le hacemos caso termina marchándose. Vemos a la izquierda varias personas que están sacando tierra de un pozo. En nuestro recorrido por toda la necrópolis vemos unos cuantos pozos, bastante profundos. Es donde colocaban los sarcófagos de los muertos y luego los tapaban. Cada pozo pertenecía a una mastaba, hoy casi todo son restos de ellas.
Vemos en un trozo de pared varias cobras de piedra, esta serpiente simbolizaba la vida después de la muerte, posiblemente debido a su naturaleza protectora.
Desde aquí arriba vemos hacia el norte las pirámides de Giza a lo lejos y hacia el sur las pirámides de Dashur.
Bajamos por la izquierda a unas ruinas de unas mastabas, hay una que esta prácticamente entera. Se nos acerca un hombre diciéndonos si queremos ver tres tumbas y asentimos. Le comentamos que entra dentro de la visita y nos contesta que si, que no tenemos que pagar nada por ello. Sabemos que al final nos va a pedir, pero una por una vamos a ver las tumbas. Las tres están seguidas, la primera que nos abre es la Tumba de Inefrt, V dinastía 2.430 a.C.
Dentro vemos pinturas donde se conserva bastante bien el color original.
Pasamos a la segunda, Tumba del príncipe e hijo del Rey Unas, V dinastía 2.400 a.C. En esta vemos varios relieves con restos de pinturas originales. Nos llama la atención uno que tiene dos vacas con 2 cabezas, 4 patas delanteras y solo 2 traseras.
Y la tercera, la Tumba de Idut, V dinastía, 2.360 a.C. En esta como las anteriores, consta de varias pequeñas salas con relieves de ofrendas, pescadores y uno curioso, un hipopótamo pariendo y un cocodrilo esperando para comérselo.
Al salir, como esperábamos nos pide propina y le decimos que no y no insiste mucho. Nos acercamos a los restos de la Pirámide del Rey Unas. Esta bastante hecha polvo y no está permitida la entrada por riesgos de derrumbe.
De aquí nos acercamos a la Pirámide Escalonada, como hemos dicho antes esta con bastantes andamios y vemos gente trabajando en ella. Esta acordonada y no nos podemos acercar hasta ella. Es la primera pirámide de relevancia construida en Egipto.
En los alrededores hay restos de pequeñas pirámides, mastabas y templos.
Después de disfrutar de todo el complejo de Saqqara, nos vamos a buscar al taxista. Al acercarnos al coche vemos la rueda derecha delantera bastante baja. Nos montamos y a los 4 km. para, habla algo con un señor y se baja del coche. Nos bajamos también nosotros y como intuíamos la rueda está pinchada. Saca el gato, la llave para aflojar los tornillos y la rueda de Repuesto. Esta ultima se la da a un par de chavales que van en una moto y se van con ella. Mientras nuestro amigo el taxista se entretiene en boxes, el señor nos dice que le acompañemos. Nos invita a sentarnos a la sombra y nos ofrece un té, que aceptamos. Nunca llegamos a probarlo ni siquiera, pues en pocos minutos viene el taxista y nos dice que nos vamos, que ya está. Joer, ni los mecánicos de Fernando Alonso lo hubiesen hecho más rápido.
Continuamos camino a Dashur. Seguimos viendo imágenes rurales, paisaje agrícola y bosques de palmeras.
No esta muy lejos, a unos 10 km. y en unos 15 minutos llegamos al puesto de control. Le piden el carnet al conductor y a nosotros nos hacen las típicas preguntas de siempre, de donde somos, donde estamos alojados y donde vamos a ir después de aquí. Compramos las entradas, adultos 40 LE y estudiantes 20 LE, a parte pagamos otro ticket de 5 LE por el coche. Los carnets una vez más nos sirven.
Dahshur fue la necrópolis real de Egipto durante el reinado de Amenemhat II, rey de la dinastía XII. Aquí vemos 3 pirámides, la Roja, la Acodada y la Negra, pero hay otra pequeñita detrás de la pirámide Acodada. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1.979.
El taxista nos deja junto a la Pirámide Roja. Tenemos que subir mas de 100 escaleras hasta llegar a la entrada de la pirámide. Vemos a lo lejos la Pirámide Escalonada de Saqqara. Aquí nos encontramos con un policía y el vigilante. Están subiendo del interior una pareja, así que esperamos a que lleguen. El vigilante nos dice que podemos hacer fotos, os imagináis el porque no?, pues si, la tónica de todo el viaje, a cambio de una propina.
La Pirámide Roja debe su nombre en la actualidad al color rojizo de la piedra que vemos. La pirámide no siempre fue de este color. Estaba recubierta con bloques de piedra caliza blanca de Tura, hoy podemos ver algunos restos en la base de la pirámide. Permaneció revestida de piedra caliza hasta la edad media, en que la mayor parte de la piedra fue robada para construir edificios en El Cairo.
Fue construida durante el reinado del faraón Seneferu (IV dinastía), padre de Keops, para ser su tumba. Es la tercera pirámide más grande de Egipto, después de la de Keops y Sefren. Su construcción comenzó durante el tercer año del reinado del faraón, 2.616 a.C, y duró aproximadamente 17 años según las estimaciones del investigador Rainer Stadelmann. Su base es un cuadrado de 220m de lado, y su altura es de 104m. y una inclinación de 43 grados.
La entrada está en su cara Norte, como sucede con casi todas las pirámides de Egipto. Empezamos a bajar, el pasillo tiene unas dimensiones de 91 centímetros de altura y 1,23 metros de ancho. Es un poco incómodo ya que hay que ir en cuclillas. Han puesto una madera con tablillas perpendiculares para no resbalar y barandilla a ambos lados. Así durante los 62 metros que tiene de longitud y con una inclinación de 27 grados. De vez en cuando hay algún fluorescente que ilumina un poco.
Al llegar abajo nos encontramos la primera antecámara después de un pequeño pasillo muy bajito también. No hay ninguna pintura y lo que más sorprende es la altura, unos 12 metros y con una bóveda piramidal escalonada.
Por otro pequeño pasillo llegamos a la segunda antecámara que es similar a la anterior. Estamos justo bajo la cúspide de la pirámide. Aquí hay una estructura moderna de madera con unas escaleras para ascender a la cámara funeraria. Empezamos a notar un olor muy fuerte como a amoniaco, que es bastante desagradable, pero no tardamos mucho en acostumbrarnos.
Subimos las escaleras y tras otro pequeño pasillo, esta vez podemos ir de pie, llegamos a la cámara funeraria. El suelo está roto debido a las diferentes excavaciones que se han hecho aquí. Han puesto una pequeña barandilla por seguridad.
No hay nadie, estamos solos. Sentimos una sensación extraña, mágica, misteriosa. El silencio es absoluto y hace un poco de calor. Cerramos los ojos y la imaginación vuela hasta la época de los faraones. Es impresionante, siempre piensas que estas mega construcciones no pueden haber sido hechas por el hombre, pero es que una vez estas aquí, las dudas se multiplican y por mucho. Vemos piedras de tamaños gigantescas que están perfectamente encajadas y dices, nos lleva a concluir que primero tuvieron que hacer estas cámaras y luego fueron armando la pirámide, porque si no es imposible.
Después de casi media hora empezamos a subir por el largo pasillo hasta la salida. Yo salgo bastante rápido y al llegar afuera me tiemblan las piernas y la luz molesta hasta que me acostumbro. Vemos a tres chinos subiendo hacia la pirámide, les decimos en español, toda vuestra. Ha sido una experiencia muy gratificante, que ahora si, pone el broche de oro a este gran viaje por Egipto.
Bajamos hacia el coche y antes de llegar un policía nos dice que rodeemos la pirámide para ver la Acodada. Hacemos una seña al taxista y nos vamos. El poli nos acompaña, metralleta en mano. Al llegar a la otra cara nos empieza a explicar que los grandes bloques que vemos esparcidos por los alrededores son restos de desprendimientos de la pirámide. Nos enseña también el piramidón, que es la pieza pétrea de forma piramidal que se situaba en la parte más alta de los obeliscos y pirámides. Simbolizaba el lugar donde se posaba el dios solar Ra o Amón-Ra, en la cúspide del monumento, como punto de unión entre el Cielo y la Tierra. Generalmente se recubría de oro, bronce, u otra aleación de metales, para que resplandeciera cuando incidía en él la luz del Sol. Este, es el más antiguo que ha llegado hasta nosotros.
Desde aquí vemos la Pirámide Acodada, también llamada Romboidal. Mandada construir por el faraón Seneferu. Posee numerosas particularidades y se asemeja en muchos puntos a la pirámide erigida por su hijo Keops. Resalta el hecho de que una de sus dos entradas no está situada sobre la fachada septentrional, hecho único en el Imperio Antiguo. Asimismo, es destacable también el hecho de que la pirámide conserva aún la mayor parte de su recubrimiento, lo que la convierte en la pirámide que actualmente está mejor conservada de todo Egipto. La característica más evidente de la pirámide es el singular aspecto de sus caras, con doble pendiente. Se estima que es el resultado de un cambio de planificación ocurrido durante la construcción.
Si no se hubieran realizado cambios en el primer proyecto, el original, la altura de la pirámide habría alcanzado aproximadamente los 125 metros de altura y el largo de cada lado de la base aproximadamente los 157 metros, siendo el ángulo de inclinación de las caras de la pirámide de 58 grados. Posteriormente hubo un segundo proyecto, que modificaba el proyecto original, con el que la altura de la pirámide habría alcanzado aproximadamente los 129 metros y que presentaba un ángulo de inclinación de las caras de la pirámide de 54 grados. Fue aquí cuando se produjeron los problemas que causaron grietas y un desplome. Los 49 primeros metros corresponden a este segundo proyecto. Lo que se construyó a partir de esa altura es lo que ha llegado a nuestros días (tercer proyecto) y que es el resultado de haber reducido, a partir de esos 49 metros de altura, la inclinación de las caras de la pirámide a 43 grados. Su altura actual es de 105,07 metros y la base de la pirámide mide 188,60 metros por cada lado. Se trata de la única pirámide con dos entradas, una al norte y otra al oeste, conduciendo cada una de ellas a una cámara mortuoria distinta.
A lo lejos vemos la Pirámide Negra, construida por orden de Amenemhat III, sexto faraón de la dinastía XII de Egipto. El nombre con el que se la conoce actualmente, es por el color oscuro de sus ruinas. Las dimensiones originales de la construcción eran aproximadamente 75 m de altura por 105 m de lado. La pirámide fue construida con adobe y revestida exteriormente con piedra caliza, pero el terreno donde se erigió resultó ser poco resistente, a tan solo 10 m sobre el nivel del mar. Debido al excesivo número de corredores y al empleo de adobe en lugar de piedra, a los 15 años del inicio de las obras la pirámide empezó a presentar problemas de fisuras y humedades, por lo que el faraón la abandonó. El piramidón de granito que se encontró esta expuesto en el Museo Egipcio del Cairo.
El policía sigue contándonos cosas aunque no le hacemos demasiado caso, insiste en hacernos unas fotos. Ya de vuelta, antes de llegar al coche se despide de nosotros y aprovecha para pedirnos propina. Esto ya es el colmo, hasta la propia policía pidiendo limosnas. le decimos que no, y no insiste. Algo habla con el taxista y este le da algo de dinero. Arranca y nos vamos, siguiente destino Menfis.
Tardamos unos 25 minutos en llegar. Fundada alrededor del 3.050 a. C. por el primer faraón de Egipto, Menes. Durante gran parte de la historia egipcia, Menfis fue la ciudad más importante del país y el centro económico del reino, capital indiscutible desde la dinastía I a la VIII, resurgiendo durante el reinado de Ramsés II y Merenptah. Menfis fue durante más de 1.500 años la capital del Antiguo Egipto. Es desde el año 1.979 Patrimonio de la Humanidad.
Teníamos dudas si venir o no, pues en la Lonely Planet no pone casi nada para ver aquí, solo el Museo de Mit Rahina. Como nos pillaba de paso, paramos en el museo. Está en la zona donde se erigió la ciudad de Menfis. Es un museo al aire libre y tiene restos arqueológicos de varias excavaciones. Nos acercamos a la entrada y hay que pagar adultos 40 LE y estudiantes 20 LE, a parte 2 LE por el coche, nos sirven los carnets.
Sinceramente el museo vale poco la pena, hay muchos restos, pero eso, solo restos. Una gran esfinge de alabastro bastante bien conservada, una estatua de Ramses II y lo mejor es un Coloso de Ramses II tallado en piedra caliza, que tienen en una sala bajo techo que la verdad es que impone por sus dimensiones. En los alrededores vemos algunas ruinas de la necrópolis, pero no se pueden visitar. Hay unos cuantos puestos de suvenirs que los aburridos vendedores ya no saben que hacer para que el poco turismo que hay les compre algo.
Aquí no estamos mucho tiempo, volvemos al taxi y vuelta desde la antigua capital a la moderna, El Cairo. Nos deja en el mismo punto donde nos cogió. De camino nos ha preguntado por lo que íbamos a hacer al día siguiente y le hemos dicho que esta misma noche regresamos a España. Hemos ido regateando con él para que nos lleve al aeropuerto. Al final hemos acordado 70 LE, precio bastante bueno por las referencias que teníamos. Le hemos dejado una tarjeta del hostel y hemos quedado que nos venga a buscar a las 00:00 horas. Un tipo majete.
Nos despedimos de él hasta la noche y le pagamos los 250 LE acordados, de las pocas personas que no nos ha pedido nada más a parte. Son las 15:30 horas y tenemos bastante hambre, así que buscamos un sitio para comer algo. Damos bastantes vueltas hasta que encontramos, ya hemos comentado que por esta zona no hay muchas opciones. Encontramos uno de comida para llevar y también tienen un pequeño restaurante. Nos subimos a la planta de arriba y que bien, tienen aire acondicionado. Nos pedimos unos sawermas y unas pepsis, pagamos 50 LE y son los peores que hemos comido. Con las mismas nos vamos al hostel a descansar y preparar las mochilas.
Hacemos unas cuantas fotos a algunos de los rincones del hostel y a las vistas que se ven desde la azotea.
Nos damos una ducha y dejamos las mochilas listas para el viaje. El resto del tiempo, escribiendo y recordando diferentes momentos de nuestro viaje por este país. A las 22:00 horas nos bajamos a buscar algo para cenar. Al poco de salir a la calle un chico al oírnos hablar en español nos dice alguna palabra. Es egipcio pero sabe como casi todos 4 palabras en español. Nos dice que tiene un hermano viviendo en Zaragoza, va con un amigo, también egipcio, que vive es EEUU y que ha venido unos días de vacaciones. Al decirles que estamos buscando algún sitio para cenar nos llevan a un italiano pero está cerrado. Nos proponen ir a otro sitio de comida local y nos recomiendan pedir una especie de lasaña, que se llama Macarona Bechamel. Es como nuestra lasaña de carne, pero en vez de placas lleva macarrones y más especiado. Por si acaso no nos gusta, pedimos una y pollo empanado. El local es de comida solo para llevar, el egipcio nos dice que vamos a su tienda que está cerca y nos lo podemos comer tranquilamente allí. pagamos 20 LE por los dos platos.
En 3 minutos llegamos a su tienda. Es de venta de papiros y nos dice que después de cenar podemos echar un vistazo por si nos gusta algo, que no hay ninguna obligación de comprar. El plato de Macarona Bechamel está muy bueno y es recomendable. Nos invitan a té y nos dice que es un negocio familiar. Nos enseña diferentes tipos de pergaminos y por más que le decimos que no tenemos dinero, que nos vamos en poco más de una hora, insiste y que también podemos pagar con tarjeta. la verdad es que en el fondo nos da pena esta gente, el descenso tan grande del turismo lo están notando mucho. Nos despedimos de ellos dándoles las gracias y nos vamos al hostel.
A las 23:50 horas vemos al taxista que ha subido al hostel a buscarnos y nos dice que nos espera abajo, que puntualidad. Cogemos las mochilas y nos despedimos de la gente del Dahab Hostel, un sitio para tener muy muy en cuenta para alojarse barato en El Cairo. Da igual a que hora llegues, hay gente las 24 horas del día. Bajamos los 7 pisos andando y con mucha pena nos montamos en el taxi. Estos son los típicos momentos en que siempre digo, me gustaría hacer un chas y aparecer en casa.
El avión sale a las 3:30 horas y todo el mundo nos ha recomendado ir al aeropuerto con suficiente antelación, pues en El Cairo nunca se sabe. Pillamos bastantes atascos, esta ciudad no duerme. Tardamos casi una hora en llegar a la Terminal 1. Comentar que hay un autobús gratuito para ir entre las 3 terminales. Nos despedimos de nuestro taxista gigantón, gran tío.
En la puerta del aeropuerto un chico con uniforme nos pregunta que con que compañía volamos y le decimos que con Alitalia, nos dice que le sigamos. Para acceder al interior tenemos el primer control de equipaje y cacheo. Una vez pasado seguimos al chico y nos indica donde tenemos que ir, tras lo cual nos pide propina, joer, pero esta gente no se cansa de pedir?. Con un no le dejamos. Para acercarte a los mostradores de facturación hay que pasar un nuevo control de equipaje. Después preguntamos por los mostradores de Alitalia y están detrás de los primeros mostradores que vemos. Damos la vuelta y nos ponemos a la cola. Facturamos sin problemas enseñando solamente el pasaporte. Siguiente trámite el control de inmigración, tenemos que rellenar un papel que nos han dado a la hora de facturar y que hay que entregar aquí. Tenemos que hacer nuevamente cola y pasamos sin problemas. Buscamos la puerta de embarque, que es la 2. Es un aeropuerto muy chiquitín, solo hay 12 puertas. Damos un pequeño paseo por las tiendas del dutty free pero acabamos rápido, pues hay muy poquitas. Nos quedan 40 LE y es justo lo que cuesta un capuccino tamaño grande, así que nos pedimos uno para los 2. Pedazo cancarrio que nos ponen. Hay sala de fumadores.
Cuando abren la puerta para embarcar, tenemos que pasar el control de equipajes. Revisan a fondo, todo el mundo tiene hasta que descalzarse. Pasamos, nos cortan la tarjeta de embarque y nos metemos en un autobús que nos lleva hasta el avión. Un Airbus 320 como en los que vinimos. Nos toca por la parte trasera y en ventanilla. Despegamos puntuales, miramos por la ventana con la esperanza de ver las pirámides por última vez pero con la oscuridad de la noche no vemos nada. Lo siguiente que recordamos es aterrizar en Roma. Hemos venido tan dormidos, que no nos hemos enterado ni cuando han pasado con la cena.
En Roma teníamos una escala corta, de una hora, así que corriendo, al llegar al control de inmigración vemos un pasillo para los que tienen escala corta. Al enseñar las tarjetas de embarque una chica nos dice que pasemos. Cruzamos rápido y atravesamos medio aeropuerto hasta nuestra puerta de embarque. Al llegar vemos que la gente está entrando y nos ponemos a la cola. Nos montamos en un autobús que nos lleva hasta el avión. Está vez nos toca en los últimos asientos. El vuelo sin problemas, nos dan un pastelito y algo de beber. El no haber comido nada en el anterior avión hace que esto que nos dan, nos deja con hambre. Aterrizamos en la Terminal 2 de Barajas a la hora prevista, las 10:30 horas tras algo menos de 2 horas de vuelo. Recogemos las mochilas, que llegan sin problemas y nos vamos a coger el bus 200 hasta la Avenida América.
El primer autobús hacia Burgos sale a las 12:30 horas y es el que cogemos. Mientras esperamos nos tomamos un café en la cafetería de la estación y nos comemos un pequeño bocata. A las 15:15 horas llegamos a Burgos y esto hace que digamos, ahora si, se acabó este pedazo viaje que hemos hecho a Egipto.
Creemos que ha quedado demostrado que ir a Egipto por tu cuenta en estos momentos es muy fácil y no hay ningún problema de seguridad distinto al que pueda haber en cualquier país. Nosotros no hemos sentido inseguridad y además, el hecho de no haber turismo ha hecho que hayamos podido disfrutar de casi todos los lugares nosotros solos. Egipto es un destino fascinante y desde aquí recomendamos totalmente. Haremos un breve un resumen práctico de todo el viaje, que pueda servir a futuros viajeros.
Gracias a todos los que nos habéis seguido y esperamos que hayáis disfrutado con nosotros de este fascinante viaje por Egipto. Ahora solo queda disfrutar de los recuerdos y empezar a planear el próximo viaje, que sera a......