Son las 5:00 horas cuando suena el despertador. Ducha, recoger la ropa que lavamos ayer y a las 5:40 horas bajamos a desayunar. El chico de la recepción dormido como un tronco, le despertamos y le pedimos el desayuno, nos dice que es muy pronto, que hasta las 7 no le traen las cosas. Anoche estuvimos hablando con un señor del hotel por el no desayuno de ayer y nos dijo que no hay problema con la hora, que si queremos nos lo pueden poner para llevar. Se lo decimos al chico pero el insiste que hasta las 7 no va a poder ser. Primer mosqueo del día. Subimos a la habitación, cogemos unas galletas y nos pedimos un té donde ayer.
Vemos al taxista, que está limpiando el coche y dejándolo impecable, y le decimos que en unos minutos vamos. Nos montamos en el coche, es un Peugeot bastante antiguo. Primer destino la Presa de Asuán. Es muy larga pero poco atractiva. Hay militares a los 2 lados. La cruzamos pero desde el otro lado la luz es muy mala, pues tenemos el sol justo de frente.
Con las mismas, la volvemos a cruzar y vamos al Templo de Filae. No abren hasta las 7:00 horas, así que esperamos unos minutillos hasta que abren. El taxista nos dice que en 1 hora vuelve a buscarnos. Nos acercamos a la taquilla, enseñamos los carnets sin decir nada y nos dan entrada de estudiante. 60 LE adultos y 30 LE estudiantes. Hay un cartelito en el que pone, que el precio del barquito para llegar a la isla donde está el templo no está incluida en el precio de la entrada.
Cuando nos acercamos a los barcos vienen los problemas y el enfado por nuestra parte. Nos piden 120 LE por llevarnos a la isla y volver y nos parece un disparate. Queremos un bote normal, no especial. Pero parece ser que no hay, después de discutir con varios vamos a la ventanilla donde hemos comprado las entradas. Nos señalan un cartel donde pone que los botes valen de 1 a 8 personas 84 LE. Insistimos que es de locos, que como puede costar más de doble el ir al templo que ver éste. Menuda mafia tienen montada. Se hacen los locos, así que vamos a hablar con la policía. Viene el de más rango con nosotros hasta los botes, pero siguen en sus trece. Nos empezamos a enfadar en serio y a llamarles de todo menos guapos.
No es el dinero, es la impotencia de sentirte engañado, que se están riendo a la cara. Teníamos ganas de ver este templo, pero se nos ha quitado totalmente. Les dejamos bien claro que con su forma de proceder es normal que no venga el turismo. Todo da igual. Nos marchamos, intentamos en la taquilla que nos devuelvan el dinero de las entradas, pero no. Vamos donde habíamos quedado una hora más tarde y no está. Y lógicamente hasta la hora indicada no regresa a por nosotros.
Viniendo hacia aquí, el taxista nos ha propuesto llevarnos a Luxor parando en Edfu. Le comentamos que hemos estado pensándolo, si acepta otro precio ok. Pero no acepta, el nos pedia 500 LE a parte de los 130 LE y nosotros le hemos dicho que 500 LE por todo. Después de comentarle la movida que hemos tenido con los barqueros y que tampoco nos devuelven el dinero de las entradas, me dice que vaya con él. Intenta que nos lo devuelvan pero hay poco turismo y ningún estudiante. Las entradas están arrancadas y no pueden hacer nada. Así que nos marchamos a ver el Obelisco Inacabado. Nos dice que no merece pagar por verlo, que es casi lo mismo que lo que están viendo desde afuera, 50 LE. Hacemos un par de fotos y regresamos al hotel. Le pagamos y vamos a ver si ahora nos dan de desayunar.
Llegamos lo preguntamos y nos dicen que si. Nos traen unos bollitos, mermelada, quesitos y té. Subimos a la habitación, cogemos las mochilas, pagamos y a la estación.
Compramos agua de camino y al entrar en la estación, nos vamos directos a una de las ventanillas. Es una pasada lo que se cuela la gente, y nosotros vamos calentitos, así que un poco de orden o.... El chico que nos atiende es muy amable. Nos dice que el tren sale a las 10:00 horas, osea en 15 min. Cogemos segunda clase y pagamos 21 LE cada uno.
El vagón está bien, llevamos aire acondicionado, pero nada que ver con lo del otro día, creemos que de Asiut a Asuán fuimos en primera. Son 2 horas lo que se tarda a Edfu. El vagón siguiente al nuestro es bar, y se puede fumar.
A las 12:00 horas llegamos a Edfu, bajamos del tren y madre mía, donde estamos!!!! Parece Beirut, Damasco o cualquier país en conflicto, está todo destrozado. Estan reformando la estación y da una sensación.... Salimos a la calle y no vemos taxis, vemos muchos tuc tuc y kabout, que son furgonetas compartidas, pero en estas te montas por detrás y hay 2 bancos laterales para sentarse. Sabemos que el templo está a unos 4 km. con lo que andando, con las mochilas y este calor moriríamos antes de llegar.
Preguntamos pero nadie habla inglés, al final un señor que parece nos ha entendido, detiene un kabout y nos dice que entremos. Son tan bajos los techos que nos cuesta entrar con las mochilas puestas. Menos mal que va casi vacía, una chica nos dice que bajemos unos cientos de metros más adelante y que paguemos 1 LE por persona. La preguntamos como llegar hasta el templo, porque nos hemos bajado en una especie de parking de kabouts y micro buses, hay al menos un centenar, y como para saber cual coger.
Nos dice que la sigamos, nos señala un micro bus y ella también se monta. Nos dice que no paguemos, que nos lo paga ella. Se llena rápido y salimos. Vamos como sardinas en lata y el calor es insoportable.
Atravesamos el Río Nilo por un puente y llegamos a una plaza donde nos indica que bajemos. La chica deja lo que tuviese que hacer para acompañarnos hasta el templo bajo un sol abrasador. Tiene que preguntar por donde se va, pues nos cuenta que ella fue a ver el templo en primaria.
Llegamos a las vallas que rodean el templo, se ve desde atrás. Tenemos que rodearlo entero hasta llegar a la puerta.
Nos va contando cómo hacer el camino de vuelta. O bien en tuc tuc hasta la plaza y allí coger otro microbús. O directamente en tuc tuc hasta la estación, que es un poco más caro, pero más cómodo, unos 15 LE.
Atravesamos una explanada entre chiringuitos de suvenires y llegamos a las taquillas. Enseñamos los carnets y nos valen, 60 LE entrada adultos y 30 LE estudiantes, que es lo que pagamos. Como vamos con las mochilas, les preguntamos si las podemos dejan en alguna parte, uno nos dice no, pero se levanta otro y nos dice que le acompañemos. Es un policía y nos las guarda dentro de un arco de seguridad, un puntazo. Nos corta la entrada y accedemos a una gran explanada. El calor no puede ser más insoportable.
Seguimos andando estilo egipcio, es decir arrastrándolo todo y llegamos a un centro de visitantes. Entramos y ahhhh, que fresquito se está. Hay varias decenas de sillas y una pantalla grande de televisión. Nos ponen un breve documental del National Geographic. Cuando acaba no queremos salir, el chico se ríe. Pero hemos venido a ver el templo, así que respiramos y salimos.
El templo de Edfú, dedicado al dios halcón Horus, hijo de Isis y Osiris, representado en la mitología egipcia en forma de halcón o en forma humana con cabeza de halcón, fue comenzado el año 237 a. C. por Ptolomeo III Evérgetes I. Las obras en su totalidad no concluyeron hasta el 57 a.C con la colocación de las puertas. Permaneció durante siglos enterrado en la arena hasta que en 1860 Auguste Mariette, el fundador del Museo Egipcio de El Cairo, inició las excavaciones, por lo que ha llegado hasta nuestros días en un excepcional estado de conservación.
Es el templo mejor conservado de Egipto y el más importante después del de Karnak. Mide 137 metros de longitud por 79 de ancho y 36 de altura, y representa la típica construcción de los templos con el pilono, el patio, 2 salas hipóstilas, una cámara de ofrendas, la sala central y el santuario. La iluminación del templo era bastante importante, con habitaciones cada vez más pequeñas que impedían el paso de la luz gradualmente hasta llegar al oscuro santuario. Entre las columnas y en el techo existen pequeñas aberturas que permitían el paso de la luz a determinadas habitaciones. Está orientado al sur, de forma inusual, posiblemente debido a la propia naturaleza de la zona.
Lo primero que vemos en el Mammisi, la Casa del Nacimiento. La función que tenía el Mammisi en el Egipto faraónico era el lugar donde se festejaba todos los años el nacimiento divino de Horus. No se encuentra en tan buen estado de conservación como el templo. Alucinamos con la policromía que aun se puede ver.
Lo curioseamos todo y continuamos hacia el templo. Al situarnos enfrente de él nos deja con la boca abierta. Lo primero que vemos son los dos pilonos, que son las 2 torres y son simétricas. Están decoradas con escenas del faraón enfrentándose a sus enemigos, bajo la atenta mirada de los dioses egipcios Horus y Hathor. Podemos admirarlos desde la sombra, lo que hace que disfrutemos un rato de la maravilla que tenemos ante nosotros, no hay nadie, estamos nosotros dos solos, no digáis que no es un lujo. Mucha gente antes de venir nos había comentado que es el templo que más les había gustado, por encontrarse casi tal cual lo construyeron y tenemos que decir que aunque nos faltan de ver muchas cosas, es una pasada.
Guardando la entrada al templo hay dos grandiosas estatuas de granito de Horus, con forma de halcón.
Entramos al patio, tiene columnas con diferentes capiteles y en el atrio nuevamente una colosal estatua de Horus con la doble corona de Egipto, que simboliza la unión del Alto y el Bajo Egipto. Ésta era la parte pública del templo a la que podía entrar cualquier persona a depositar sus ofrendas a los dioses.
Nos sobrecoge ver la magnitud del lugar, ahora podemos entender perfectamente esa frase que hemos oído tanto, "es una obra faraónica". Columnas enormes totalmente decoradas, capiteles descomunales... Recorremos todo tranquilamente, sin prisa, disfrutando de esta maravilla.
Continuamos, vemos la primera sala hipóstila. Tiene 12 columnas dispuestas de forma simétrica respecto a la entrada y en grupos de 3. La segunda fila de columnas es más gruesa que la primera. A cada lado hay 2 pequeñas salas: la de la derecha estaba destinada a la purificación de los sacerdotes y la de la izquierda incluía una biblioteca.
La sala hipóstila es la parte más antigua del templo. Compuesta de 12 grandes columnas decoradas con formas vegetales en su parte inferior, están dispuestas en 4 grupos de 3 columnas paralelas y simétricas respecto a la entrada. Incluye 4 pequeñas salas destinadas a las ofrendas secas, las ofrendas líquidas, y al laboratorio. Esta última contiene escenas sobre la preparación de productos a emplear en las ceremonias. El "vademecum" de los faraones.
Y por último llegamos a la cámara de las ofrendas, comunicada con las terrazas a través de una escalera. Después de la sala central donde se encuentra la capilla del dios Min, se accede al santuario con el naos, monolito de granito gris de unos 4 metros de altura, en el que se encontraba la imagen de Horus, totalmente de oro y el pedestal en el que se ubicase una barca. El naos podría pertenecer a un templo más antiguo.
Los guardas nos quitan la cuerda para que entremos, esperando a cambio una propina después. La barca que vemos es una reproducción, la original está en el Museo de El Cairo. Alrededor del santuario hay diferentes salas bellamente decoradas, como casi todo el templo.
A destacar, que como en casi todos los templos egipcios, cuando llegaron los romanos quisieron destruir como a martillazos los falsos dioses y todos aquellos motivos irreverentes para ellos.
Rodeamos el templo para ver los muros exteriores. Vemos el nilómetro con el que los faraones median las crecidas del Río Nilo y así saber los impuestos que tenían que cobrar. Es simplemente una escalera y en función de hasta donde subía el nivel, venía mejor o peor cosecha.
Nos sentimos privilegiados de poder disfrutar sin prisa y sin gente. Ha merecido y mucho el esfuerzo de haber llegado hasta aquí. Y el mosqueo con el que hemos empezado el día lo dejamos en Asuán. Este templo tiene que ser de visita obligada si vienes a Egipto.
Llegando a la entrada vemos que viene un pequeño grupo de turistas chinos y les decimos, os toca disfrutar!!!! Al llegar el poli que nos había guardado las mochilas nos invita a unos tés y compramos una botella de agua fría para hidratarnos, que estamos secos. Les preguntamos a que hora sale el tren y nos confirman que sobre las 16:30 horas. Quedan casi 2 horas y nos dicen que nos quedemos aquí un rato tranquilamente, cosa que hacemos. La conversación típica es hablar de fútbol, todos conocen perfectamente la liga española y mayoritariamente son del barça. También hablamos de terrorismo y nos dejan bien claro que el Daes no es el Islam. La religión enseña a respetar y no hacer daño a los seres vivos y ellos no hacen eso. Esperemos que ese fanatismo no llegue nunca aquí y todos los tesoros que guarda Egipto sigan perdurando en la historia.
A las 3 y pico nos despedimos de nuestros amigos, nos ponemos las mochilas y salimos de nuevo al sol. Al llegar a la carretera paramos un tuc tuc, un chico muy jovencito lo conduce. Le decimos si nos lleva a la estación de trenes, no sabe una palabra de inglés, pero parece que si nos entiende y acepta llevarnos por 15 LE. Casi no cabemos con las mochilas. Primero nos lleva a la estación de autobuses, le decimos que no, a la de trenes. Después a un barco de crucero, no, no, no. A ver que te indicamos, metete por esa calle, si, por esa. Ahora cruza el puente, cuando vemos las vías, se las señalamos y asiente con la cabeza. 5 minutos después llegamos.
Compramos bebida fría y preguntamos donde venden los billetes. Un señor nos indica una puerta pero está cerrado, dice que enseguida abren. Nos sentamos en un banco a esperar y en 5 minutos vienen un chico y un policía. Entramos los primeros y salimos los últimos, "Welcome to Egypt", se nos ha colado todo el mundo. Es imposible, uno por un hueco en la pared desde la calle, el otro que da la vuelta y desde atrás.... Nos cuestan 45 LE a cada uno en segunda clase.
A las 4:45 horas llega el tren, para poco tiempo, así que no nos subimos en nuestro vagón y lo buscamos preguntando ya dentro. Llegamos a nuestros sitios y están ocupados por 2 jovenzuelos que al decírselo se levantan.
Que gusto da ir con aire acondicionado. El viaje dura 1,45 horas. Vemos atardecer por las ventanillas entre campos de palmeras.
Y al poco llegamos a Luxor. Bajar del tren y ya se nota que estamos en una ciudad muy turística. Unos cuantos se acercan ofreciéndonos taxis, hoteles, etc. No hacemos caso a nadie. Justo enfrente de la estación vemos la Oficina de Turismo y hacia ella nos dirigimos. Preguntamos a unas chicas si tienen un plano de la ciudad y nos dan uno. Tenemos mirados un par de hoteles y nos dicen por donde tenemos que ir. A parte nos ubican un poco de cosas para ver.
Al salir nos abordan 2 chicos ofreciéndonos hotel y hablando los dos a la vez. Les decimos que de uno en uno, pero da igual, se siguen atropellando. De uno en uno o no escuchamos, al final habla uno y después el otro. Nos quedamos con los que nos dice el que parecía algo más educado. Nos ofrece habitación doble con baño privado, aire acondicionado, wifi y desayuno por 70 LE. Se llama New Everest Hotel y está a 2 minutos de la estación hacia el Templo de Luxor. Llegamos, la recepción un poco cutre. Llega el que parece el dueño y nos dice que en 2 horas dejan una habitación con baño, mientras nos enseña otra sin él, muy pequeña y no. Cuando nos ponemos las mochilas para marchar nos dice que son solo 2 horas, pues los que dejan la habitación se van al aeropuerto. Decimos que no esperamos 2 horas. Nos dan la opción de otro hotel. Me voy yo con él en su moto a verlo. No está muy lejos. El hotel tiene mejor pinta y las habitaciones son muy grandes, pero claramente el precio es otro, así que vuelta.
Lo único que tenemos ganas es de darnos una merecida ducha. Nos invitan a un té. Nos ofrecen un tour para ir a ver casi todo lo que Luxor ofrece. Un minibús privado con aire acondicionado y guía por 60 LE cada uno. Nos parece buen precio y lo reservamos para mañana a las 8:00 horas. Y alguna sorpresita más que ya iréis viendo. Necesitamos cambiar dinero, se lo decimos a uno de los chicos si hay posibilidad de hacerlo en el mercado negro. Tras varias llamadas nos ofrecen 1 € = 10,4 LE. Esta muy bien el cambio así que aceptamos. En 20 minutos tenemos nuestro dinero egipcio. Aquí no hay nada más que pedir lo que quieres o necesitas, en poco tiempo lo tienes.
Después dejamos las mochilas en una habitación y nos vamos a cenar mientras dejan libre la que será nuestra habitación. Nos metemos en un restaurante y pedimos 1/4 de pollo asado, kofta, arroz y ensalada para cada uno. También unas latas de cocacola y nos traen unas que son muy originales. Pagamos por todo 55 LE.
Paseo alrededor del Templo de Luxor, que bonito de noche iluminado.
Cuando regresamos ya tenemos la habitación. Solo queda ducha, rato de relax y a descansar de este precios día que hemos tenido.
Saludos viajeros