Tras más de una década desde mi crucero por el Nilo y días más tarde, paseando por las calles del Cairo y por sus pirámides más nombradas sigo fascinado con Egipto. Fuente de sabiduría y de conocimientos, algunos ya olvidados por el paso de los siglos como son el significado y el realismo de sus colores. Sus representaciones y sobre todo sus colores nos enseñan que el camino que recorre cada individuo durante toda su vida son perfectas cinceladas y sutiles pinceladas de colores.El artículo de hoy intentará recordar el legado que nos dejó una civilización muy avanzada y que hoy día sigue sorprendiéndonos, y de la que seguimos aprendiendo. Los egipcios eran grandes amantes de la vida, de ahí que tenían la convicción que más allá de la muerte seguirían viviendo.
Hay un dicho que dice "para gustos los colores". Rojo, verde, amarillo, azul, blanco o negro, se conoce como los seis colores primarios; de ellos se crearon fascinantes mezclas y combinaciones, nuevos matices (de saturación o de intensidad del color), gamas (con gradación de colores) y diferentes tonos que hoy día tenemos el placer de disfrutar.
Desde la época faraónica cada uno de nosotros asociamos los colores para el estado de ánimo, para las melodías musicales y para diferenciar las razas de las personas de los cinco continentes del planeta, y así también se hacía en la antigüedad; el color se consideraba una parte integral de la naturaleza y de la persona.
Los egipcios tendían a emparejar los colores básicos y los denominaron:"colores complementarios"
Estos colores combinados como la plata y el oro, no sólo forman colores representativos, sino también tenían su toque místico que los caracterizaba, en este caso son una dualidad de opuestos, plata para la Luna y el anochecer y oro para el Sol y el amanecer.
Después de investigaciones de observación del legado arquitectónico y pictórico, se llegó a la siguiente conclusión de los colores utilizados en el antiguo egipto:
El Negro (carbono, carbón molido mezclado con agua y huesos de animales quemados) era considerado como el color del inframundo, de la muerte y de la oscuridad; siempre asociado a dos dioses: Osiris, dios resucitado entre los muertos y al dios Anubis, primero dios de los muertos y después, guardián de las puertas de la Duat (del más allá).El Blanco (tiza mezclada con yeso) era el color de la pureza y de lo sagrado, de ahí que los sacerdotes siempre vistieran túnicas y sandalias blancas, así como todos los objetos utilizados en los rituales, serían de alabastro blanco. El Verde (mezclado de malaquita) era el color del crecimiento, de la naturaleza y de la vida nueva. Para los egipcios el verde junto con el negro son colores complementarios y significa Resurrección. Por sí solo representa bienestar y al ser un elemento representativo de la naturaleza ofrece protección y sanación. El Verde estaba asociado tanto al Ojo de Horus como al dios Hathor.El Azul era el color de los cielos y del agua. La primera pigmentación creada por el hombre tuvo su origen en el antiguo Egipto, allá por el 3200 ac. Se cree que la técnica consistía en moler sílice, cal, óxido de cobre y una base alcalina, y calentarla a 800-900 grados centígrados de temperatura. Con una fórmula perdida en el tiempo y de la cuál no se ha relatado en ningún escrito descubierto hasta la fecha, se obtenía el azul lapislázuli egipcio, con el que adornaban sus templos, armas y joyas. El azul simbolizaba la fertilidad, el nacimiento y el renacimiento; asociado al amuleto de fertilidad del dios protector Bes y al dios de la sabiduría Thoth en un azul vivificante. El Amarillo (ocres y óxidos) era el color de la piel de las personas que vivían en el Mediterráneo y también de las mujeres. Junto con el Oro representa la perfección. El Oro representaba todo aquello que era eterno e indestructible; la Plata en cambio era un metal más raro que el oropor lo que era más valioso; representaba el Sol de cada Amanecer, y también la Luna y las estrellas. El Rojo era pleno desorden y caos. Era el color del Dios Seth, dios del caos asociado a la muerte. El rojo era el color del desierto, del fuego, de la furia, del peligro. También junto con el blanco eran colores complementarios en amuletos, símbolos de vida y de protección. Me atrevería a concluir que los egipcios tenían un pensamiento parecido este: "En cada amanecer no dejes que nadie pinte el día por ti y atrévete a elegir ese color con el que vas a mirar al mundo que te rodea; así serás feliz e irradiarás luz como el dios Ra (dios del Sol) siendo un ejemplo de vida, o mejor aún, una estrella en un universo plagado de colores"