Egresada y sin planes

Aún recuerdo hace 5 años atrás cuando entré a la Universidad como una novata, proveniente de provincia, y cachando cero del transantiago (como la mayoría de la gente en ese entonces). Creo que en ese momento no pude imaginarme todo lo que me esperaba para adelante, sólo estaba ansiosa por entrar a estudiar la carrera que yo había elegido y expectante por conocer gente nueva. Debo decirlo, fueron 5 maravillosos años. Hubo situaciones difíciles, claro,pero sumando y restando, podría decir que la universidad ha sido una de mis mejores experiencias. Es por eso que ahora son muchos los sentimientos que surgen al pensar que soy egresada, y que prontamente, pasaré a ser titulada.
El tema es que ahora que salí, me siento en un punto extraño del camino. De alguna manera, siento que tengo muchas opciones abiertas ante mí y no sé muy bien qué camino seguir. Varias de mis amigas, amigos y compañeros van a comenzar un magister, diplomado, pasantía o una pega. En cuanto a mí, cuando me preguntan, me quedo un poco en blanco. Mi familia está esperando que busque algún trabajo o que siga estudiando el próximo año, mientras que yo sólo sé que necesito un tiempo para mí. No sé si sea el caso de ustedes, pero yo cumplí con todo lo que se podía esperar de una estudiante. Salí del colegio con muy buenas notas, saqué buen puntaje en la PSU, entré a una buena universidad, no me eché ningún ramo y ya estoy a un paso de cerrar todo el proceso, con mi examen de título a realizar en mayo. Entonces, la pregunta que me surge no es sólo qué quiero hacer, sino también quién quiero ser. En este sentido, creo que no me siento preparada ahora tomar una decisión, pero admito que también me afecta la presión externa. ¿Lo cierto? Establecerme no parece ser una opción por ahora, sino muy por el contrario: explorar. ¿Qué creen de esto? Sé que todos tenemos distintos ritmos y distintos planes de vida, el tema es que he aprendido también a dejarme sorprender por la vida, puesto que a ella le gusta jugar a desarmar o reacomodar las ideas, anhelos o proyectos que uno construye. Por todo ello, sólo me animo a decir: ¡2012, sorpréndeme!