EINSTEIN: EN EL PUNTO DE MIRA DEL FBI. El intento frustrado de Hoover por "desenmascarar" al genio

Washington, 13 de febrero de 1950. “¡Traedme a Einstein!”, ordenó un exaltado John Edgar Hoover a D.M. Ladd “Mickey”, uno de los diez hombres de confianza del FBI. Fue el pistoletazo de salida para destapar a un “exaltado adepto” del comunismo.

Un expediente de 700 páginas contiene la crónica de las investigaciones que el FBI llevó a cabo durante dos décadas para determinar si Einstein era un agente soviético que amenazaba  el país.

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En esta ocasión, el artículo de El Octavo Sabio (“Einstein, el expediente secreto“), describe el intento frustrado de Hoover por “desenmascarara al genio, nos sitúa en EE UU, en 1950, con la Ley de Registro de Extranjeros en vigor. La atmósfera política norteamericana estaba marcada por un fanático patriotismo y la ideología dominante era el macartismo, Einstein defendía con fervor que “la bandera es un símbolo del hecho de que todavía la Humanidad sigue viviendo en hordas”. Ello le puso en el punto de mira del FBI. Demostrar que era un espía comunista se convirtió en la cruzada del entonces director de la Brigada de Investigación Criminal.

El manuscrito perdido de Albert Einstein

Precisamente en estos días, Albert Einstein ha vuelto a ser noticia gracias al inesperado hallazgo de un manuscrito original, fechado en 1931, en el que el científico describe la teoría del estado estacionario del universo. Esta hipótesis contradice la explosión del Big Bang y propone que el cosmos es infinito y se expande de manera estable y eterna, idea que en 1940 expondría el astrofísico británico Fred Hoyle.

“Para que la densidad permanezca constante, nuevas partículas deben continuar formándose”, escribió Einstein. Al parecer, pronto abandonó esta línea de investigación, tal vez al darse  cuenta de que había cometido un error de cálculo (se aprecia un número tachado), y el escrito terminó traspapelándose.

Ha estado décadas perdido, estaba mal clasificado como el borrador de otro artículo. Hasta que Cormac O’Raifeartaigh, físico del Instituto de Tecnología de Waterford en Irlanda (http://www.wit.ie), reparó en el error: “casi me caí de la silla”, dice. Merece la pena consultar toda la información de su hallazgo y la traducción al inglés del manuscrito publicada en arXiv (archivo online de publicaciones científicas). El documento original en alemán también puede consultarse en los Archivos Albert Einstein de Jerusalén.

Einstein, expediente secreto.