Einstein en Madrid

Se cumple esta semana 91 años de una de las visitas más ilustres, y poco recordadas que ha tenido Madrid en su historia reciente. Casi un siglo de un breve, pero intenso, paso por nuestra capital y que se vivió como todo un acontecimiento en aquel momento, no era para menos, el gran Alberto Einstein (así le bautizaron nuestros medios) estaba en España.

Para hacerse un poco a la idea de lo que supuso esta visita hay que intentar  trasladarse al entorno y contexto de la época. Año 1923. Por aquél entonces la ciencia en España vivía un especial momento de auge, había una preocupación manifiesta por parte de las instituciones para que el país intentase al menos ser una potencia en este ámbito. Se lograban importantes avances gracias a fuertes apoyos y financiaciones (igual que ahora) y como colofón a este momento dorado se decidió traer de visita al científico que había sorprendido al mundo con su Teoría de la Relatividad.

La visita de Einstein estuvo a la altura de las giras que hacen hoy en día las estrellas musicales cuando acuden a un país para hacer promoción de su último disco. Seguimiento de los medios, una agenda abarrotada de actos… El científico alemán estuvo algo más de dos semanas en España y realizó escalas en Barcelona, Madrid y Zaragoza. Pero, ¿Qué hizo el ilustre científico durante su estancia en la Villa y Corte?

Lo primero acomodarse en un alojamiento de lujo como el Hotel Palace. Además, en su paso por Madrid Einstein dejó claro su gusto por el arte, tal es así que acudió tres veces al Museo del Prado. Pero la agenda del padre de la Teoría de la Relatividad estuvo llena de actos oficiales y charlas, de hecho, por las tres que ofreció cobró 3.500 pesetas (lo que venía a ser el suelo anual de un profesor universitario por aquel entonces).

En los diez días que Einstein permaneció en nuestra capital tuvo varios encuentros con el Rey Alfonso XIII e impartió charlas a la que sólo estaban invitados lo más selecto de la sociedad de la época, gente como Ortega y Gasset, Gómez de la Serna o Gregorio Marañon fueron oyentes de excepción. Otros de los lugares que conoció el científico durante su paso por Madrid fueron la Universidad Central de la Calle San Bernardo, donde fue nombrado Docto Honoris Causa, el Ateneo o El Escorial.

Pero por supuesto, también tuvo tiempo para caminar por las calles de Madrid, tal y como vemos en la imagen de hoy, en la que aparece acompañado por Blas Cabrera. Sin duda, un paso fugaz por la ciudad pero altamente enriquecedor.

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