Revista Cultura y Ocio

Einstein y la inexplicable conexión entre la música y su ciencia.

Por Iberpiano @iberpiano

El gran Albert Einstein tenía claro que los grandes científicos pueden considerarse, de alguna manera, también artistas. Como aficionado al violín y al piano, debía saber de lo que hablaba y su experiencia le llevó a descubrir las conexiones entre la ciencia y el pensamiento creativo, especialmente en el ámbito musical.

En efecto, la experiencia de Einstein puede sugerir que la práctica periódica de alguna actividad musical estimula el pensamiento creativo, y en su caso lo hizo hasta alcanzar niveles de excelencia. Las ideas más brillantes del científico no nacieron de las matemáticas o de la lógica, llegaron procedentes de la misma inspiración e intuición que mueve a los artistas. Solo así se explica la originalidad de sus planteamientos en el mundo de la física y sus innovaciones en la forma de entender este campo de conocimiento. En este sentido, Einstein era consciente de que la imaginación, más que el conocimiento, era el motor que guiaba su mente hacia los logros más brillantes.

En este punto, para un científico de su nivel, sería necesario saber qué camino utilizar para dar salida a las ideas que iban surgiendo, si el arte o la ciencia. La respuesta era sencilla: si la idea seguía unos parámetros lógicos sería expresada como ciencia, en cambio, si se ajustaba a reglas menos estructuradas pero reconocibles por la intuición, se manifestaría como arte. Einstein trabajaba de las dos maneras, por lo que afirmó sin duda que los científicos son también artistas. El hecho de utilizar imágenes, símbolos y hasta estructuras musicales para procesar sus problemas de física es una demostración más de que el pensamiento artístico tenía un peso fundamental en su forma de trabajar, mucho más que las palabras.

Einstein atribuía sus ideas e intuición principalmente a la música. Encontró en el lenguaje musical la forma de procesar sus pensamientos y disfrutaba de la música como algo irrenunciable, era el lugar en el que refugiarse y, al mismo tiempo, el camino daba salida a su creatividad tanto artística como científica. En cualquier caso, la visión de Einstein debería ayudar a plantear nuevos escenarios en el mundo de la educación donde la música probablemente debería tener un peso mucho más importante como vehículo para expresar las ideas, tanto artísticas como científicas.


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