Eivissa, entre pinos y discotecas

Los historiadores griegos la conocían por su lana, por su higos, por sus vinos y por su sal; actualmente, se habla más de ella por Pachá, Privilege, Amnesia o Space. Eso sí, antes o ahora, Ibiza siempre fue y es un lugar privilegiado, donde cada uno encuentra su sitio nada más llegar.
Hace unos días, tuvimos la suerte de encontrar el nuestro en un maravilloso hotel en lo alto de un cabo "de cuyo nombre no quiero acordarme". Un hotel con encanto y esencia a borbotones. Con unas vistas espectaculares y unas puestas de sol apoteósicas. Y un trato excepcional, gracias Pere, gracias Paqui, gracias Toni, gracias José...1000 gracias por hacernos sentir como en casa, ¡qué coño! mejor que en casa...Así da gusto.

Nos costaba emprender la marcha cada mañana desde este pequeño "gran paraíso". Con la Isla Conejera de fondo trazábamos la ruta a seguir. El primer día tocó Punta Galera y Playa Comta, impresionantes. Llaman la atención sus aguas cristalinas y su silencio.A ellas le siguieron Cala D´Hort y sus maravillosas vistas al famosísimo peñón de Es Vedrá, y Sa Caleta y su poblado fenicio. Sus baños de barro y esa sensación de estar en el sitio justo en el momento oportuno.

También tuvimos tiempo para pasear por Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad  y respirar ese aire "hippie cool" o "cool hippie" de la capital de la isla.

No queríamos volver y es que no era para menos...¡con estas puestas de sol! Bye, bye, Ibiza, adiós.

PD: Lui, Lui, Lui...Mayte, Mayte, Mayte gracias por hacernos pasar estos días tan maravillosos en tan buena compañía. Deseando volver a repetir la experiencia. ¿Próximo viaje?