Ejemplo a seguir

La fotografía superior está tomada unas ocho horas después de la inferior, tras celebrarse en el Náutico, un botellón popular por decenas o centenares de jóvenes.

La crisis obliga a ahorrar en estos tiempos revueltos, y el ocio es también un derecho, hasta ahí estamos de acuerdo; igualmente podemos convenir que los espacios públicos deben poder dedicarse al uso y disfrute de la ciudadanía, quien es, en definitiva, su propietaria. Pero lo intolerable es la falta de respeto a unas normas mínimas de convivencia. Del mismo modo que los aparcamientos públicos son para que podamos estacionar nuestros vehículos, gratis o no, dependiendo de la zona, e igual que se denuncia y sanciona a quienes no cumplen las normas de tráfico, deberíamos proceder a multar a todos los jóvenes que hacen gala de un incivismo ejemplar. Rascar el bolsillo es una forma de educación eficaz, especialmente después de alcanzar las más altas cotas de la ignorancia y la libertad mal entendida con los planes de enseñanza de las últimas administraciones. La fotografía es vergonzosa e impropia de un país europeo; por otros pagos, allende nuestras fronteras, el respeto por lo público es proverbial, en líneas generales, mientras que nosotros tenemos por costumbre seguir el criterio de la ministra al afirmar que el dinero ese no es de nadie. Los atentados al mobiliario urbano, no utilizar los recipientes destinados al depósito de basura o desperdicios, vocear a altas horas de la madrugada impidiendo el descanso de quienes pretendan dormir a tan razonable hora, debería castigarse con dureza mediante la imposición de multas ejemplares. Hemos conseguido disminuir la velocidad de circulación en autopistas y descender el número de fallecidos en accidentes de tráfico mediante la imposición de sanciones ejemplares. La solución, por lo tanto, es bien sencilla: Ejemplo a seguir.

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