Definir los caracteres de tus personajes ficticios es importante. Lo que es igualmente vital, sin embargo, es captar la humanidad de sus personajes, el núcleo de su alma ficticia.
Una buena forma de aprender a hacer esto es observando un incidente a través de los ojos de otra persona viva.
Para este ejercicio, elija a su cónyuge, a un familiar o a su mejor amigo para interpretar al personaje ficticio en una escena dramática de 500 palabras. Escriba utilizando el punto de vista en tercera persona o en primera persona.
Las situaciones traumáticas fuerzan a las personas a revelar su verdadero yo. En otras palabras, las acciones hablan más que las palabras.
¿Cómo reaccionaría tu persona elegida en una situación traumática, una cita a ciegas, por ejemplo, o un incendio forestal?
No te dejes cegar por tus sentimientos hacia la persona. Usted ama a su cónyuge, pero ¿cómo reaccionaría él o ella sinceramente si se enfrentara a un incendio forestal?
Considera objetivamente lo que sabes sobre la persona y luego lo que percibes.
Reaccionamos instintivamente hacia otras personas, aunque a menudo no prestamos atención a la voz callada en el fondo de nuestras mentes. Escucha lo que tu voz silenciosa te dice sobre la humanidad oculta de tu persona elegida, y luego teje la información en tu personaje de ficción.
La humanidad que necesitas para darle vida a tu personaje se esconde detrás de la sonrisa amistosa que ves todos los días.
Es posible que desee mantener este ejercicio alejado de los ojos de la persona elegida. Él o ella pueden no apreciar que se lo convierta en un personaje de ficción.
¡No uses el nombre de tu persona elegida para tu personaje! Tu vida puede estar en juego.
Comprende la humanidad de tu personaje y le darás a tu personaje un alma en la que tus lectores puedan creer.
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