Revista Salud y Bienestar

Ejercicio, deterioro cognitivo y riesgo de demencia: seguimiento de 28 años de la cohorte Whitehall II.

Por Edogallegos @geriatriachile

Ejercicio, deterioro cognitivo y riesgo de demencia: seguimiento de 28 años de la cohorte Whitehall II.Objetivo: Evaluar las hipótesis de que la actividad física en la mediana edad no está asociada con un menor riesgo de demencia y que la fase preclínica de la demencia se caracteriza por una disminución de la actividad física.

Diseño: Estudio prospectivo de cohorte con un seguimiento medio de 27 años.

Lugar: Departamentos de servicio civil en Londres (Whitehall II estudy).

Participantes: 10.308 participantes de 35-55 años en el inicio del estudio (1985-88). Las exposiciones incluyeron el tiempo pasado en actividad física leve, moderada y vigorosa evaluada siete veces entre 1985 y 2013 y categorizada como “recomendada” si la duración de la actividad física moderada a vigorosa fue de 2,5 horas por semana o más.

Principales medidas de resultado: Se administró una batería de pruebas cognitivas hasta cuatro veces entre 1997 y 2013 y se identificaron casos de demencia incidente (n = 329) mediante la vinculación a servicios hospitalarios, de salud mental y registros de mortalidad hasta 2015.

Resultados: Los modelos de efectos mixtos no mostraron asociación entre la actividad física y el posterior declive cognitivo a los 15 años. Análogamente, la regresión de Cox no mostró asociación entre la actividad física y el riesgo de demencia durante un seguimiento medio de 27 años (razón de riesgo en la categoría de actividad física “recomendada” 1,00, intervalo de confianza del 95% de 0,80 a 1,24). Para las trayectorias de horas/semana de actividad física total, leve y moderada a vigorosa en personas con demencia comparadas con aquellas sin demencia (todas las demás), no se observaron diferencias entre 28 y 10 años antes del diagnóstico de demencia. Sin embargo, la actividad física en las personas con demencia comenzó a disminuir hasta nueve años antes del diagnóstico (diferencia de actividad física moderada a vigorosa -0,39 horas/semana, P = 0,05), y la diferencia se hizo más pronunciada (-1,03 horas/semana) = 0,005) en el momento del diagnóstico.

Conclusión: Este estudio no encontró evidencia de un efecto neuroprotector de la actividad física. Los hallazgos anteriores que muestran un menor riesgo de demencia en personas físicamente activas pueden atribuirse a la causalidad inversa, es decir, debido a una disminución de los niveles de actividad física en la fase preclínica de la demencia.

BMJ 2017357 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.j2709 (Published 22 June 2017)

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