Amigos: Del 2 al 12 de febrero he vuelto a practicar los Ejercicios de San Ignacio; lo mismito que hace 40 años cuando era un chaval en Salamanca y salgo con el mismo o mayor gozo, tanto que escribiría como el santo de Loyola a su profesor de la Sorbona, el Dr. Miona:
“Siendo los Ejercicios Espirituales todo lo mejor que yo en esta vida puedo pensar, sentir y entender, así para el hombre poderse aprovechar a sí mesmo como para fructificar, ayudar y aprovecharse a otros muchos”.
Gracias a Dios podré dirigirlos a un grupo de universitarios y profesionales del miércoles 19 de febrero por la tarde hasta el domingo 23. Les solicito una oración por actividad tan decisiva e invito a cuantos se animen.
Atardeceres de Ñaña; capilla de Ñaña con jóvenes ejercitantes