El cáncer de mama constituye la patología tumoral más frecuente entre las mujeres occidentales. Según la doctora Eva Ciruelos, especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, "esta enfermedad tiene una elevada incidencia ya que, aunque se haya reducido la tasa de mortalidad entre un dos y un tres por ciento anual, la prevalencia de este tumor es creciente en nuestro medio", expone.
Aproximadamente el diez por ciento de los pacientes con cáncer de mama de reciente diagnóstico presentan metástasis, y un 30 por ciento adicional de las mujeres diagnosticadas en estadios precoces las desarrollan en el curso del tiempo. Por este motivo, la doctora Ciruelos pone de manifiesto la importancia clínica y social de que se mejoren las técnicas diagnósticas y terapéuticas en este grupo de pacientes.
Para la oncóloga la individualización terapéutica basada en datos procedentes del paciente o del tumor, es "fundamental". "Si hablamos de tumores de fenotipo luminal, con progresión lenta y buena respuesta previa a tratamientos hormonales, la terapia de elección consistirá en un inhibidor de aromatasa no esteroideo, como el anastrozol o el letrozol, o bien fulvestrant en dosis altas", dice.
En el otro extremo, declara Ciruelos, "los pacientes con tumores de fenotipo triple negativo deberán ser tratados con quimioterapia, con o sin nuevos fármacos, y ser incluidos, si es posible, en estudios clínico", matiza. Con respecto a los pacientes con tumores que sobreexpresan HER2 pueden ser tratados con fármacos anti-HER2 en combinación con otras terapias.
Respecto al tratamiento con quimioterapia la especialista asegura que durante los últimos años se han desarrollado múltiples estudios en monoterapia o combinaciones que "han ofrecido resultados de eficacia variables, aunque por lo general no se han mejorado los últimos resultados obtenidos en la presente década". Por ello apunta que la quimioterapia en el cáncer de mama avanzado "debe ser individualizada dependiendo de la situación del paciente y preferencias personales".
-Fármacos más activos
Entre los fármacos quimioterápicos más activos en cáncer de mama se encuentran las antraciclinas y los taxanos, de eficacia similar en términos de respuestas y tiempo a la progresión. En diferentes estudios se ha explorado la administración concurrente o secuencial de ambos, obteniendo similares resultados de eficacia a largo plazo. Por otra parte Ciruelos explica que el empleo de antraciclinas en el cáncer de mama ha sido debatido en los últimos años, desde un contexto adyuvante.
Asimismo manifiesta que "no existe por el momento ningún marcador válido predictivo de respuesta que ayude a seleccionar a los pacientes que más se beneficien del mismo, por lo que se ha de trabajar en función de la respuesta". Por este motivo la doctora Ciruelos recomienda su uso, en ausencia de contraindicación, por su elevada actividad en esta patología.
"La limitación fundamental del empleo de estos fármacos es la dosis acumulativa que previamente haya recibido el paciente, debido al riesgo de toxicidad cardíaca que se relaciona estrechamente con ella", afirma.
En esta línea la oncóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre explica que "el diseño de nuevas formulaciones de adriamicina, como la encapsulación en liposomas, ha llevado a la posibilidad de su empleo en pacientes que ya han recibido previamente este fármaco, sin detrimento en la eficacia ni riesgo de toxicidad cardíaca acumulativa, lo que permite su uso durante el tiempo que se crea necesario".
Por otra parte la doctora Eva Ciruelos agrega que debe destacarse la aparición de nuevos fármacos antimicrotúbulo, como taxanos de diferente formulación, o medicamentos con diferente mecanismo de acción que han mejorado los resultados conseguidos con los taxanos convencionales. Asimismo destaca la combinación de estos con agentes biológicos, fundamentalmente antiangiogénicos, que han conseguido mejorar la eficacia de la quimioterapia en varios estudios de distintas líneas de tratamiento.
Por último, la doctora Ciruelos expone que estas nuevas formulaciones de antraciclinas y de taxanos, los nuevos antiangiogénicos, así como el uso de nuevas quimioterapias orales (capecitabina, vinorelbina) o intravenosas (gemcitabina, derivados del platino) en combinación, "abren un abanico de posibilidades en el tratamiento con quimioterapia en cáncer de mama metastásico". La oncóloga concluye que "ahora es imprescindible que todos extrememos nuestros esfuerzos en la mejora de la investigación en factores predictivos de respuesta que ayuden a seleccionar de una forma óptima el tratamiento más adecuado para cada paciente".
**Publicado en "EL MEDICO INTERACTIVO"