Empezamos la lectura conjunta del tercer Episodio Nacional
Os recuerdo que en los comentarios de esta entrada podréis compartir todo lo que queráis sobre estos primeros capítulos, pero de momento no vayáis más allá, que hay personas que siguen la lectura conjunta en los días establecidos y aún no han empezado los siguientes.
Dicho esto, comienzo a comentar mis impresiones.
El 19 de marzo y el 2 de mayo comienza de manera muy romántica, con nuestro Gabriel ya más asentado; todo un señorito con un trabajo menos arriesgado que el del libro anterior, y que va de visita una vez por semana a ver a su amada, nuestra Inés, para ir a misa y pasear juntos como una parejita de jóvenes casaderos. Idílico, ¿verdad?
Ya la primera parte de la trama nos atrapa cuando conocemos a don Mauro y doña Restituta (este y esta), estos parientes que han salido de la nada y que todos, a excepción de don Celestino, sospechamos que carece de esas nobles intenciones que no se cansan de pregonar. Y hablando de don Celestino, ¡qué cándido es este hombre! En este volumen me está haciendo reír todavía más, especialmente durante su visita a palacio para tratar temas de capital importancia con el Príncipe de la Paz:
- Para exponerle tu pretensión - me dijo el tío de Inés - debes esperar a que yo lea mi poema, en lo cual, con la pausa conveniente, no tardaré más que hora y media. El admirable efecto que le ha de producir la audición de los versos clásicos, a que es tan aficionado, le predispondrá a tu favor, y no dudo que te concederá cuanto le pidas.
Es una verdadera pena que el destinito de Gabriel no llegara a buen puerto debido a los acontecimientos que se desencadenan inmediatamente después, durante el motín de Aranjuez, la antesala de un profundo cambio político.
En este sentido, lo que más me llamó la atención ha sido la manipulación del pueblo por parte de los nobles que querían quitar de en medio a Godoy, y para ello dieron buenas propinas a sus empleados con el fin de que esparcieran la noticia de la inminente partida de los reyes y conminaran al pueblo a actuar en consecuencia.
Como siempre, don Celestino andaba errado en sus apreciaciones:
Un motín no es ni más ni menos que salirse todos a la calle gritando viva esto o muera lo otro, y romper alguna vidriera, y hasta si se ofrece, golpear a algún desgraciado. ¡Qué horror!
Pero Gabriel, protagonista y testigo de lo que realmente sucede, nos enseña de qué naturaleza estamos hechos los hombres en estas situaciones de violencia y salvajismo:
La turba siempre es valiente en presencia de estos ídolos indefensos, para quienes ha sonado la hora de la caída. Tienen estos en su contra la fatalidad de verse abandonados de improviso por los amigos tibios, por los servidores asalariados y hasta por los que todo lo deben al infeliz que cae, de modo que a mano del odio, justo o injusto, se unen para rematar la víctima las manos de la ingratitud, el más canalla de todos los vicios.
Incluso al hermano de Godoy, pobre hombre, le cogen por banda los amotinados y menos mal que no acaba en la hoguera con el resto de los enseres de palacio…
Y ahora que acaban de encontrar a Godoy en su escondite secreto, ¿qué creéis que pasará? ¿Cómo podrá afectar todo esto a Gabriel? ¿Tendrán este y esta también intereses políticos que puedan afectar a Inés?
Hasta el momento, creo que este es el episodio que más me está gustando: ya tenemos más confianza con Gabriel, que sigue siendo testigo de primera mano de todos los acontecimientos clave de la Historia, y además creo que la trama de los Requejos va a dar mucho de sí, o eso espero; por no mencionar a don Celestino, que en este episodio me parece que está especialmente sembrado.
¿Qué os está pareciendo a vosotros?