Revista Viajes
Ahora que la vieja Europa está aún relamiéndose las heridas de la situación de crisis mundial generada por la mala praxis de la mayoría de bancos mundiales (que hemos pagado los que no tenemos culpa) y no está segura de qué camino seguir dada la disparidad de economías que la componen y a la vez que EEUU parece que ve los prometidos brotes verdes, Singapur encara un 2010 que parece que pinta bien para la economía del tigre asiático. Las perspectivas son buenas,, pero habrá que ver como avanza todo.
Os incluyo un fantástico artículo del columnista Fernando Cano publicado el pasado domingo día 24 de enero en EL PAIS.
Singapur ha tenido un fin de año para olvidar. El PIB del país asiático retrocedió un 6,8% durante el cuarto trimestre de 2009, con lo que el acumulado anual marcó una contracción del 2,1%. Todo ello a pesar de que durante los seis meses anteriores el país había dado importantes muestras de recuperación, creciendo a una media del 18%. El dato de diciembre ha llevado a los más pesimistas a temer que las cifras de mediados de año fuesen sólo pasajeras y que el comienzo de 2010 marque el inicio de una nueva recesión.
Singapur fue la primera economía asiática en sentir los efectos de la crisis financiera, hace exactamente 18 meses. El derrumbe del banco de inversión Lehman Brothers asestó un duro golpe al sistema financiero de uno de los admirados gigantes asiáticos, muy competitivo en sectores como la industria farmacéutica, manufacturas y finanzas. La década pasada, el país creció una media del 7%, convirtiéndose en uno de los mejores ejemplos de economía emergente, sólida y abierta al mundo.
El problema es que la crisis afectó a sus principales socios -EE UU, la Unión Europea y Japón, que redujeron sus pedidos- y derrumbó su fuerza productiva y sus exportaciones. Estas últimas representan dos tercios de su PIB. En la etapa más dura de la recesión, durante enero del año pasado, los envíos al exterior se contrajeron un 34,7%, aunque en diciembre comenzaron a dar síntomas de recuperación, elevándose un 26,1%. Éste es uno de los pocos indicadores que en estos momentos llama al optimismo.
No obstante, la reciente caída no se explica sólo por las exportaciones. En los datos del último trimestre se ha registrado un retroceso del 38,4% en el sector de manufacturas, después de que este mismo indicador se elevara un 29,6% tres meses antes. Este contraste se explica por el retroceso del sector farmacéutico, boyante durante este año por el riesgo de contagio de gripe A, pero, además, por el declive repentino de la automoción. Esta coyuntura se ha visto, además, afectada por la caída del consumo y las ventas al por menor, que se contrajeron un 1,4% en noviembre.
Los analistas también advierten de que este repentino bajón se explica por el fin de los efectos del paquete de ayudas lanzado por el Gobierno a principios de 2009. El Ejecutivo repartió ayudas equivalentes a 15.000 millones de dólares para reforzar las estructuras productivas, que no han podido sostener el crecimiento una vez que el dinero público se ha acabado. Esto ha llevado a las autoridades a replantearse el modelo de crecimiento y a intentar tímidamente sustituir el peso de las exportaciones por el sector servicios, en especial el turismo y las finanzas.
Con todo, los temores de un primer trimestre de 2010 con crecimiento negativo son matizados por el Ejecutivo, que cree que el PIB se elevará este año entre un 3% y un 5%, un dato compartido por los organismos privados de análisis. En cualquier caso, se trata de una recuperación que dependerá exclusivamente del nivel de crecimiento de las economías más importantes del mundo. Lo que sí sabemos es que los datos de 2009 fueron los peores para Singapur desde el pinchazo de la burbuja tecnológica en 2001. ¿Se habrá tocado fondo?
Artículo de Fernando Cano en EL PAÍS