Revista Salud y Bienestar
El 25% de los reclusos está infectado de hepatitis C frente al 1,5% del resto de la población
Por Fat
En el marco del “VII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria” que se ha celebrado en Sevilla, se ha destacado que la población penitenciaria continúa siendo uno de los grupos de pacientes con mayor prevalencia de infección por el virus C de la hepatitis (VHC), alcanzando cifras en las prisiones españolas de entre el 20 y el 25 por ciento de infectados, frente al 1’5 por ciento del resto. “Aunque se estima que esta prevalencia se ha reducido en los últimos años, los presos continúan siendo uno de los grupos de población con más infectados”, comenta el Dr. Andrés Marco, responsable del programa VIH y VHC de los Servicios Sanitarios del Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona.
Las principales razones que han provocado esta reducción son, según el doctor Marco, “el menor consumo de drogas por vía intravenosa así como los diferentes programas de prevención y tratamiento, cada vez más extendidos”.
Los pacientes infectados por VHC en prisión son, mayoritariamente, hombres jóvenes, con una edad media de 40 años, que han adquirido la enfermedad a edades muy tempranas a través del consumo de drogas por vía parenteral, compartiendo el material de venopunción. “Un porcentaje muy importante se infectó hace más de 15 años y, casi la mitad se encuentran infectados, a su vez, por el VIH”, precisa el experto.
-Detección del enfermo y tratamiento
Cuando se produce el ingreso en prisión de cualquier recluso, se ofrece a todos los internos la posibilidad de realizar una serología que incluye la determinación de VIH y marcadores de Hepatitis B y Hepatitis C. “Aquellos pacientes que presentan una serología positiva (con anticuerpos anti VHC), son estudiados para comprobar si la infección es crónica (carga viral de VHC positiva). En este sentido, es de destacar que aproximadamente el 75-80% de los pacientes con anticuerpos presentarán hepatitis C crónica”, expone el doctor Marco.
En algunos centros penitenciarios, el proceso diagnóstico se lleva a cabo en el propio centro con la realización de analíticas, ecografía y otras pruebas (elastografia hepática. “FibroScan”), en coordinación con los especialistas hospitalarios de referencia. En otros, los pacientes son derivados a las consultas hospitalarias.
“Una vez hecho el diagnóstico y las pruebas complementarias correspondientes, se prescribe el tratamiento y se recomienda la administración de interferón pegilado más ribavirina”, indica el doctor Marco.
La ventaja que tienen los pacientes con Hepatitis C diagnosticados en los centros penitenciarios es que el control del tratamiento y de los efectos secundarios es más fácil de realizar ya que el contacto con el paciente es cercano y constante. “Esto permite un seguimiento médico más estrecho por parte del facultativo, que puede valorar la aparición de los efectos secundarios y calibrar su gravedad, así como evaluar su repercusión sobre el cumplimiento del tratamiento”, explica el experto.
Los especialistas hospitalarios son muy conscientes de la necesidad de tratar la Hepatitis C de los pacientes ingresados en prisión, y la mayoría de los que desarrollan su labor en los hospitales de referencia de los centros penitenciarios están implicados en el diagnóstico y tratamiento de estos enfermos.
Por otro lado, en palabras del Dr. Andrés Marco, “la optimización del tratamiento de la hepatitis C ha adquirido gran relevancia en los últimos años y se centra en la selección de la mejor forma de tratar, individualizando el tratamiento en función de las características del paciente, de la infección por el VHC y de las respuestas terapéuticas parciales”.
“Es más, la tasa de curación (respuesta viral sostenida) ha mejorado en los últimos años, y progresará aún más en un futuro próximo, ya que dispondremos de nuevas moléculas que, actualmente, se encuentran en fase de investigación”, añade el experto. “El reto para los profesionales es –afirma el doctor- reducir el tiempo de tratamiento y, sobre todo, la incidencia de efectos adversos que pueden asociarse al tratamiento”.
-Evidencias científicas recientes
Los estudios e investigaciones orientadas a la mejora del tratamiento de los pacientes con hepatitis C son muchas y diversas como consecuencia del compromiso de todos los profesionales implicados en este campo con el importante número de afectados.
En este sentido, podemos destacar los últimos estudios realizados en los que se ha valorado la eficacia de los dos interferones pegilados comercializados. “En la revista Hepatology se ha publicado un meta-análisis de Grupo Cochrane que, utilizando 8 estudios previos, ha concluido que el tratamiento con interferón pegilado alfa-2a + ribavirina (Pegasys) es más eficaz que el tratamiento con el otro interferón comercializado”, remarca el doctor Marco. “, Otros dos ensayos realizados en Italia, y publicados en Gastroenterology, también han alcanzado conclusiones similares en todos (Ascione) o parte de los genotipos tratados (MIST)”.
-Inicios en la investigación de la hepatitis C en los centros penitenciarios
Hace aproximadamente 10 años algunos profesionales de centros penitenciarios, tomaron conciencia de la alta prevalencia de esta enfermedad en este ámbito. Pusieron en marcha (cada uno en su centro penitenciario) programas para el diagnóstico y tratamiento de la hepatopatía crónica por virus C. No existía ningún protocolo unificado, sino que dependió del trabajo coordinado entre profesionales médicos penitenciarios y especialistas de referencia, unidos por el interés profesional de dar respuesta a estos pacientes con difícil acceso a la sanidad pública.
En los primeros momentos se trabajó en el desarrollo de los programas y en la resolución de los distintos problemas que suponía este tipo de tratamiento en personas ingresadas en prisión. Problemas de traslado o de ingreso de los pacientes en los centros hospitalarios, para la realización de biopsias, etc.
Posteriormente, y gracias a la colaboración de los especialistas, y la voluntad de los profesionales penitenciarios, se han ido organizando reuniones científicas que han servido para la formación y actualización en el manejo de esta patología, pudiendo aseverar que muchos médicos penitenciarios están capacitados para un diagnóstico, control y seguimiento adecuado de los enfermos de hepatitis C.
En el seno de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria se creó el Grupo de Enfermedades Infecciosas, muy activo en el desarrollo de actividades dirigidas al manejo de esta patología y en la realización de estudios de investigación para mejorar la atención sanitaria de los pacientes. Se ha editado un “Protocolo de Coordinación entre Servicios Sanitarios Penitenciarios y Hospitales de referencia (Infección VIH / VHC)”.
Las principales razones que han provocado esta reducción son, según el doctor Marco, “el menor consumo de drogas por vía intravenosa así como los diferentes programas de prevención y tratamiento, cada vez más extendidos”.
Los pacientes infectados por VHC en prisión son, mayoritariamente, hombres jóvenes, con una edad media de 40 años, que han adquirido la enfermedad a edades muy tempranas a través del consumo de drogas por vía parenteral, compartiendo el material de venopunción. “Un porcentaje muy importante se infectó hace más de 15 años y, casi la mitad se encuentran infectados, a su vez, por el VIH”, precisa el experto.
-Detección del enfermo y tratamiento
Cuando se produce el ingreso en prisión de cualquier recluso, se ofrece a todos los internos la posibilidad de realizar una serología que incluye la determinación de VIH y marcadores de Hepatitis B y Hepatitis C. “Aquellos pacientes que presentan una serología positiva (con anticuerpos anti VHC), son estudiados para comprobar si la infección es crónica (carga viral de VHC positiva). En este sentido, es de destacar que aproximadamente el 75-80% de los pacientes con anticuerpos presentarán hepatitis C crónica”, expone el doctor Marco.
En algunos centros penitenciarios, el proceso diagnóstico se lleva a cabo en el propio centro con la realización de analíticas, ecografía y otras pruebas (elastografia hepática. “FibroScan”), en coordinación con los especialistas hospitalarios de referencia. En otros, los pacientes son derivados a las consultas hospitalarias.
“Una vez hecho el diagnóstico y las pruebas complementarias correspondientes, se prescribe el tratamiento y se recomienda la administración de interferón pegilado más ribavirina”, indica el doctor Marco.
La ventaja que tienen los pacientes con Hepatitis C diagnosticados en los centros penitenciarios es que el control del tratamiento y de los efectos secundarios es más fácil de realizar ya que el contacto con el paciente es cercano y constante. “Esto permite un seguimiento médico más estrecho por parte del facultativo, que puede valorar la aparición de los efectos secundarios y calibrar su gravedad, así como evaluar su repercusión sobre el cumplimiento del tratamiento”, explica el experto.
Los especialistas hospitalarios son muy conscientes de la necesidad de tratar la Hepatitis C de los pacientes ingresados en prisión, y la mayoría de los que desarrollan su labor en los hospitales de referencia de los centros penitenciarios están implicados en el diagnóstico y tratamiento de estos enfermos.
Por otro lado, en palabras del Dr. Andrés Marco, “la optimización del tratamiento de la hepatitis C ha adquirido gran relevancia en los últimos años y se centra en la selección de la mejor forma de tratar, individualizando el tratamiento en función de las características del paciente, de la infección por el VHC y de las respuestas terapéuticas parciales”.
“Es más, la tasa de curación (respuesta viral sostenida) ha mejorado en los últimos años, y progresará aún más en un futuro próximo, ya que dispondremos de nuevas moléculas que, actualmente, se encuentran en fase de investigación”, añade el experto. “El reto para los profesionales es –afirma el doctor- reducir el tiempo de tratamiento y, sobre todo, la incidencia de efectos adversos que pueden asociarse al tratamiento”.
-Evidencias científicas recientes
Los estudios e investigaciones orientadas a la mejora del tratamiento de los pacientes con hepatitis C son muchas y diversas como consecuencia del compromiso de todos los profesionales implicados en este campo con el importante número de afectados.
En este sentido, podemos destacar los últimos estudios realizados en los que se ha valorado la eficacia de los dos interferones pegilados comercializados. “En la revista Hepatology se ha publicado un meta-análisis de Grupo Cochrane que, utilizando 8 estudios previos, ha concluido que el tratamiento con interferón pegilado alfa-2a + ribavirina (Pegasys) es más eficaz que el tratamiento con el otro interferón comercializado”, remarca el doctor Marco. “, Otros dos ensayos realizados en Italia, y publicados en Gastroenterology, también han alcanzado conclusiones similares en todos (Ascione) o parte de los genotipos tratados (MIST)”.
-Inicios en la investigación de la hepatitis C en los centros penitenciarios
Hace aproximadamente 10 años algunos profesionales de centros penitenciarios, tomaron conciencia de la alta prevalencia de esta enfermedad en este ámbito. Pusieron en marcha (cada uno en su centro penitenciario) programas para el diagnóstico y tratamiento de la hepatopatía crónica por virus C. No existía ningún protocolo unificado, sino que dependió del trabajo coordinado entre profesionales médicos penitenciarios y especialistas de referencia, unidos por el interés profesional de dar respuesta a estos pacientes con difícil acceso a la sanidad pública.
En los primeros momentos se trabajó en el desarrollo de los programas y en la resolución de los distintos problemas que suponía este tipo de tratamiento en personas ingresadas en prisión. Problemas de traslado o de ingreso de los pacientes en los centros hospitalarios, para la realización de biopsias, etc.
Posteriormente, y gracias a la colaboración de los especialistas, y la voluntad de los profesionales penitenciarios, se han ido organizando reuniones científicas que han servido para la formación y actualización en el manejo de esta patología, pudiendo aseverar que muchos médicos penitenciarios están capacitados para un diagnóstico, control y seguimiento adecuado de los enfermos de hepatitis C.
En el seno de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria se creó el Grupo de Enfermedades Infecciosas, muy activo en el desarrollo de actividades dirigidas al manejo de esta patología y en la realización de estudios de investigación para mejorar la atención sanitaria de los pacientes. Se ha editado un “Protocolo de Coordinación entre Servicios Sanitarios Penitenciarios y Hospitales de referencia (Infección VIH / VHC)”.
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