El 5º jinete del Apocalipsis

Los efectos de la crisis económica están llegando a extremos realmente espeluznantes. Os resumo un caso real: chaval que montó una empresa, tenía problemas de financiación, consiguió que el Banco le diese crédito a cambio de que sus padres hipotecase su casa en garantía; los padres, jubilados y enfermos, le ayudaron, el chico no ha conseguido superar la falta de pedidos y los impagados, el Banco ha ejecutado la hipoteca, llegan las notificaciones a casa de los padres pero no entienden nada, dentro de un par de días se subastará su casa, ...
La historia, con unos u otros matices, se repite a lo largo de toda la geografía. Cuando al final los padres deciden acudir a un abogado ya es demasiado tarde. Pero lo intentamos: nos vamos a hablar con el Juez para que suspenda la subasta y de tiempo a los padres a buscar 30.000 € (el piso vale 180.000). No podemos hacer nada, el Juez dice que sólo la suspenderá si el Banco lo pide y el Banco dice que le tienen que pagar las cuotas adeudadas. Un dilema.
Hace poco, en ATTAC se preguntaban abiertamente si el mundo se encamina hacia una réplica de la Gran Depresión de los años 30, avisando de que la crisis global no da señales de resolverse. Los sobresaltos en los mercados financieros y las malas noticias en los sectores reales de la economía indican que las cosas podrían empeorar. Quizás para evitarlo haya que ir al sistema de hipotecas a 90 años (más allá de la cadena perpetua) que quieren implantar en Japón.
Precisamente ayer leía en la prensa que, según la agencia Standard & Poor's, un 8% de los hipotecados en España se encuentra en situación de pérdidas patrimoniales ("negative equity"), lo que implica que el importe de sus hipotecas es superior al valor actual de los inmuebles hipotecados. Esto explica la decisión que están tomando muchas personas: dejar de pagar una deuda hipotecaria mucho más elevada que el precio que pueden obtener vendiendo su vivienda. El problema está en que el Banco, además de la garantía hipotecaria, siempre tiene la garantía personal del hipotecante para cubrir la deuda que no se zanje con la subasta. Es como un callejón sin salida.
Para los que no han llegado a estos extremos, pero se están planteando la firma de algún préstamo hipotecario, tengan en cuenta que los Bancos sólo publicitan lo que les interesa. Tras frases aparentemente ambles (en el BBVA aseguran: “Tenemos una hipoteca que se adapta a ti”) se esconden algunos pactos contractuales delicados, que son básicamente 3: (1) cláusulas suelo, (2) productos vinculados o seguros y (3) períodos iniciales (de hasta 5 años) con un interés fijo bastante alto. En GurusBlog nos hablan de estos temas tabú sin ningún complejo (lo considero de lectura obligada antes de firmar ninguna hipoteca).
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