El sector del biodiésel en España no logra levantar cabeza. Casi un año y medio después de la entrada en vigor de las medidas antidumping adoptadas por la Unión Europea para frenar la entrada masiva de biodiésel procedente de Estados Unidos, el mercado español vuelve a estar básicamente dominado por importaciones desleales, ahora procedentes en su mayoría de Argentina.
En este contexto, el 75% de las cuarenta y seis (46) fábricas de biodiésel abiertas en los últimos años están prácticamente paradas, con un ratio medio de funcionamiento del sector del 10%. Por si esto no fuera poco, el retraso que acumula la aprobación por parte del MITyC del Real Decreto de especificaciones técnicas de los carburantes está impidiendo incrementar la incorporación de bioetanol y biodiésel en las gasolinas y gasóleos, respectivamente. Esta demora complicará el cumplimiento de la obligación global de biocarburantes del 5,83% fijada para 2010, con los consiguientes perjuicios medioambientales y socioeconómicos que ello supone.
“Cuando el biodiésel que se consume mayoritariamente en España sigue viniendo del extranjero, aprovechándose en buena parte de subvenciones o distorsiones comerciales; cuando la mayoría de las plantas productoras del país agonizan; cuando el retraso normativo dificultará el cumplimiento de la obligación de biocarburantes fijada para 2010 y aún no sabemos qué obligaciones concretas habrá en los próximos años, es evidente que la política española de biocarburantes requiere cambios estructurales urgentes”, asegura Roderic Miralles, que reclama una vez más al Gobierno la adopción de un nuevo marco regulatorio que permita la sostenibilidad económica del sector en España, incluyendo obligaciones crecientes de biocarburantes para los próximos diez años, alcanzando el 10% ya en 2013.
De acuerdo con los datos oficiales de Aduanas, en el primer trimestre de este año entraron en territorio nacional un total de 166.714 toneladas de biodiésel puro, lo que supone el 60% de todo el consumo en España en ese mismo período (277.857 t), frente al 51% del trimestre anterior. Prosigue así la tendencia creciente observada en los trimestres anteriores, una vez pasado el momentáneo impacto positivo que las medidas arancelarias contra el biodiésel estadounidense tuvieron en las importaciones justo después de su adopción, a mediados de marzo de 2009.
Examinando con más detalle las cifras oficiales del primer trimestre de 2010, destaca poderosamente el hecho de que el 61% de las importaciones de biodiésel provienen de Argentina, llegando las mismas a superar las 100.000 toneladas en este período, cuando sólo un año antes eran inexistentes. Desgraciadamente, se confirman así los augurios que APPA Biocarburantes hizo en 2009 al prever que llegaríamos a la situación actual de no adoptarse medidas estructurales contra la competencia desleal.
La avalancha de biodiésel procedente de Argentina tiene su origen en el sistema de tasas diferenciales a la exportación (TDE) que aplica el Gobierno de aquel país, que grava la exportación de aceite de soja con una tasa del 32% mientras que el biodiésel producido con dicha materia prima sólo soporta una tarifa del 18%. Ello provoca una evidente distorsión comercial en favor de la producción y exportación de biodiésel de Argentina, un hecho agravado, si cabe, por el injustificado trato preferencial que la UE da al biodiésel argentino, exento de pagar el arancel del 6,5% aplicable con carácter general a toda entrada comunitaria de biodiésel.
“Así es imposible seguir: cuando no es el dumping de Estados Unidos, son las distorsiones comerciales de Argentina. España no puede seguir siendo el paraíso para los exportadores de biodiésel cuando hemos invertido en decenas plantas en el país”, afirma Roderic Miralles, que demanda al Gobierno pasar a la acción mediante “la adopción de medidas estructurales internas que impidan la competencia desleal del biodiésel importado y aseguren la supervivencia de una industria nacional de biocarburantes, tal como han hecho ya países como Francia o Portugal”.
Incumplimiento de la obligación de biocarburantes de 2010
Los daños que viene ocasionando la avalancha de importaciones desleales de biodiésel se ven agravados aún más por el retraso que acumula, tras más de un año de tramitación, la aprobación por parte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (MITyC) del Real Decreto de nuevas especificaciones técnicas de las gasolinas y gasóleos.
Esta nueva normativa, que vendría a transponer parcialmente lo previsto en la Directiva europea de Calidad de los Carburantes, permite incrementar la incorporación de biocarburantes en los derivados fósiles. Así, por ejemplo, el límite máximo de biodiésel en el gasóleo estándar se incrementaría desde el 5% actual hasta el 7% en volumen, mientras que el de bioetanol en la gasolina estándar pasaría del 5% actual hasta el 10% en volumen.
El retraso acumulado por este Real Decreto complicará el cumplimiento de la obligación global de biocarburantes del 5,83% prevista para 2010. Las dos obligaciones específicas de biodiésel y bioetanol fijadas para 2010 (3,9%) no se verían, en cambio, afectadas por este retraso normativo ya que las mismas pueden perfectamente alcanzarse sólo con las especificaciones técnicas actualmente vigentes.
Al no poder incorporar las cantidades adicionales de biocarburantes desde el pasado 1 de enero de 2010, tal como estaba previsto, tanto los fabricantes de biodiésel como los de bioetanol están sufriendo significativos perjuicios económicos. Así, este retraso ha paralizado la prevista puesta en funcionamiento de diversas instalaciones adaptadas por CLH para la realización de mezclas directas de bioetanol y gasolina.
Ello está provocando, a su vez, que los operadores petrolíferos tengan que recurrir a la importación masiva de ETBE para incrementar su incorporación de bioetanol a la gasolina, hasta el punto de que el 55% del bioetanol consumido en España en el primer trimestre del año provino de ETBE importado.
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Fuente: APPA