Revista Salud y Bienestar
“Aproximadamente el 80% de las hospitalizaciones por neumonía que se producen corresponde a personas que superan los 65 años de edad”, según los datos manejados por el doctor Carlos Rodríguez Pascual, Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital de Vigo y miembro de la SEMEG. “No podemos olvidar que a pesar de que las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de mortalidad en los mayores, la patología infecciosa constituye el tercer o cuarto motivo de fallecimiento y, dentro de estas, la neumonía es la más importante”, matiza.
La hospitalización siempre permite mejorar el control y el tratamiento de las enfermedades respiratorias, pero en el caso del paciente de edad avanzada conlleva una serie de consecuencias. Según comenta este geriatra, “un tercio de los pacientes mayores de 65 años hospitalizados por neumonía tiene un empeoramiento de su autonomía al alta y esto es más frecuente a medida que aumenta la edad y la gravedad del cuadro clínico que presentan. Así, las hospitalizaciones pueden aumentar el riesgo de caídas y fracturas, por lo que es habitual que los pacientes de edad avanzada precisen más soporte social de lo que necesitaban previamente”.
Sin embargo, no todos los pacientes que padecen esta enfermedad requieren el ingreso hospitalario y, de hecho, se puede tratar en el domicilio. “Todo dependerá de la edad del enfermo, la patología en el momento de adquirir la infección y la situación clínica del paciente. Los avances que nos han permitido seleccionar más a los pacientes para decidir, o no, el ingreso han sido fundamentalmente la mejoría en los tratamientos antimicrobianos y el conocimiento de los factores que identifican a los pacientes de bajo riesgo de complicaciones de la enfermedad”, matiza.
-Recomendaciones desde SEMEG
Los virus y bacterias que provocan la neumonía tienen su mayor incidencia en invierno cuando la temperatura es más baja y hay menos horas de sol. “Durante el invierno la concentración de las personas en lugares cerrados es mucho mayor que en verano y esto facilita la transmisión, que se realiza por vía respiratoria, contribuyendo a aumentar el contagio entre las personas”, explica este geriatra.
En este sentido, desde la Sociedad Española de Medicina Geriátrica aconsejan al paciente mayor evitar los cambios bruscos de temperatura, mantener una temperatura estable en casa, tener la vivienda convenientemente ventilada y abrigarse al salir a la calle. Asimismo, los expertos hacen hincapié en la importancia de una vida saludable para prevenir las enfermedades respiratorias, “es fundamental la práctica del ejercicio físico, recomendable a todas las edades, así como una alimentación adecuada, la abstención de tabaquismo y el control de la tensión arterial”:
-La importancia de la vacunación
La vacuna de la gripe no sólo ha demostrado ser eficaz al disminuir la frecuencia y gravedad de la enfermedad, sino que además puede reducir la hospitalización de personas mayores en más de un 30% y el riesgo de neumonía un 60%. En opinión del doctor Rodríguez Pascual, “además de que el paciente mayor esté vacunado, es especialmente importante atenuar la transmisión de la enfermedad a estos pacientes por lo que desde hace años se hace especial énfasis en la vacunación en personas en contacto con mayores como los cuidadores, personal sanitario, etc.”.
La recomendación de los expertos sigue siendo vacunarse a partir de los 60 años y a cualquier edad cuando se tienen factores de riesgo o en personas que trabajan en instituciones o personal sanitario. Según explica este geriatra, “se ha ido reduciendo progresivamente la edad de recomendación de vacunación, fundamentalmente porque muchas personas de riesgo por enfermedades crónicas, sobre todo entre 50 y 60 años, no están diagnosticadas”.
La hospitalización siempre permite mejorar el control y el tratamiento de las enfermedades respiratorias, pero en el caso del paciente de edad avanzada conlleva una serie de consecuencias. Según comenta este geriatra, “un tercio de los pacientes mayores de 65 años hospitalizados por neumonía tiene un empeoramiento de su autonomía al alta y esto es más frecuente a medida que aumenta la edad y la gravedad del cuadro clínico que presentan. Así, las hospitalizaciones pueden aumentar el riesgo de caídas y fracturas, por lo que es habitual que los pacientes de edad avanzada precisen más soporte social de lo que necesitaban previamente”.
Sin embargo, no todos los pacientes que padecen esta enfermedad requieren el ingreso hospitalario y, de hecho, se puede tratar en el domicilio. “Todo dependerá de la edad del enfermo, la patología en el momento de adquirir la infección y la situación clínica del paciente. Los avances que nos han permitido seleccionar más a los pacientes para decidir, o no, el ingreso han sido fundamentalmente la mejoría en los tratamientos antimicrobianos y el conocimiento de los factores que identifican a los pacientes de bajo riesgo de complicaciones de la enfermedad”, matiza.
-Recomendaciones desde SEMEG
Los virus y bacterias que provocan la neumonía tienen su mayor incidencia en invierno cuando la temperatura es más baja y hay menos horas de sol. “Durante el invierno la concentración de las personas en lugares cerrados es mucho mayor que en verano y esto facilita la transmisión, que se realiza por vía respiratoria, contribuyendo a aumentar el contagio entre las personas”, explica este geriatra.
En este sentido, desde la Sociedad Española de Medicina Geriátrica aconsejan al paciente mayor evitar los cambios bruscos de temperatura, mantener una temperatura estable en casa, tener la vivienda convenientemente ventilada y abrigarse al salir a la calle. Asimismo, los expertos hacen hincapié en la importancia de una vida saludable para prevenir las enfermedades respiratorias, “es fundamental la práctica del ejercicio físico, recomendable a todas las edades, así como una alimentación adecuada, la abstención de tabaquismo y el control de la tensión arterial”:
-La importancia de la vacunación
La vacuna de la gripe no sólo ha demostrado ser eficaz al disminuir la frecuencia y gravedad de la enfermedad, sino que además puede reducir la hospitalización de personas mayores en más de un 30% y el riesgo de neumonía un 60%. En opinión del doctor Rodríguez Pascual, “además de que el paciente mayor esté vacunado, es especialmente importante atenuar la transmisión de la enfermedad a estos pacientes por lo que desde hace años se hace especial énfasis en la vacunación en personas en contacto con mayores como los cuidadores, personal sanitario, etc.”.
La recomendación de los expertos sigue siendo vacunarse a partir de los 60 años y a cualquier edad cuando se tienen factores de riesgo o en personas que trabajan en instituciones o personal sanitario. Según explica este geriatra, “se ha ido reduciendo progresivamente la edad de recomendación de vacunación, fundamentalmente porque muchas personas de riesgo por enfermedades crónicas, sobre todo entre 50 y 60 años, no están diagnosticadas”.
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