Revista Salud y Bienestar
En España, la incontinencia urinaria afecta a cerca de tres millones de españolas. Este trastorno se asocia con un escape involuntario de la orina y su padecimiento representa en la mujer un serio condicionante para sus relaciones laborales, sociales y afectivas. “Es muy importante que la mujer entienda que no tiene por qué convivir con este problema. En la actualidad, los diagnósticos son más precisos y contamos con distintas alternativas de tratamiento con un alto grado de efectividad en la mayoría de las situaciones y que en el caso concreto de la cirugía de corrección, la tasa de éxito ronda el 90%”, explica el doctor Manuel Esteban, coordinador del Grupo de Urología Femenina, Funcional y Urodinámica de la Asociación Española de Urología (AEU), que estos días participa en el II Curso de los Grupos de Trabajo de la AEU que se está celebrando en el Hotel Meliá Castilla de Madrid, y al que asisten 400 urólogos de toda España para actualizar sus habilidades quirúrgicas.
Este trastorno de la micción, además de generar limitaciones en el día a día del afectado, supone un lastre emocional que se manifiesta en forma de ansiedad, estrés, aislamiento social y depresión. Tal y como señala el presidente de la AEU, doctor Humberto Villavicencio, “la incontinencia de orina se puede presentar a cualquier edad y afecta a ambos sexos. Muchos de estos pacientes ocultan su enfermedad por temor al rechazo social a causa de un problema que hoy tiene solución. Por lo que es importante que hagamos llegar a la población el mensaje de que existen tratamientos, y que lo importante es acudir al urólogo para tener un diagnóstico correcto del tipo de incontinencia que se sufre y actuar en consecuencia”.
Asimismo, el progresivo envejecimiento de la población está aumentando su incidencia. “Con el paso de los años”, explica el doctor Esteban, “los tejidos se debilitan y se van acumulando la alteraciones urológicas que provocan que la incontinencia sea más frecuente”. Dependiendo de cómo se produzcan las pérdidas de orina existen dos tipos de incontinencia: la de esfuerzo y la de hiperactividad vesical. La primera ocurre durante el ejercicio físico o al toser o estornudar, mientras la segunda viene precedida de un fuerte deseo de orinar.
-Pérdidas de orina
La incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí misma, sino un problema que responde a varios factores. En la mujer joven, el embarazo y el parto constituyen la principal causa del debilitamiento del suelo pélvico. Ya en la edad madura (entre los 45-60 años), la más frecuente es la incontinencia de esfuerzo. En estos casos, la afectada presenta una uretra incompetente asociada siempre a un suelo pélvico que ha perdido el tono que tenía en la juventud. Esto está directamente asociado a su vez con el descenso hormonal ligado a la menopausia.
En las mayores de 65 años aumenta en frecuencia la hiperactividad vesical, que sucede cuando los mecanismos inhibitorios del reflejo miccional están alterados y se produce un fallo en el control voluntario de la micción. El afectado siente las ganas de orinar, pero no puede controlarlo. “Lo más importante de todo es que la población no dude en acudir al urólogo y exponerle su caso para un correcto diagnóstico y tratamiento, ya que la incontinencia de orina tiene curación en un alto porcentaje de casos”, subrayan ambos expertos.
-Incontinencia urinaria en el varón
Aunque en el varón la edad también es un factor determinante, el doctor Esteban matiza que, “la incontinencia también puede estar provocada por una cirugía de cáncer de próstata. De hecho, en los últimos años, el número de varones incontinentes por esa causa ha aumentado debido a que cada vez se diagnostica antes el tumor y en consecuencia, se operan más próstatas malignas”. En este sentido, la AEU, a través del Grupo de Urología Femenina, Funcional y Urodinámica, dedica grandes esfuerzos a formar a los urólogos en las distintas alternativas de corrección quirúrgica de este trastorno. Ejemplo de ello es la organización de este tipo de cursos que incluyen sesiones teóricas y prácticas dirigidas en última instancia a mejorar la calidad de vida de los afectados.
Este trastorno de la micción, además de generar limitaciones en el día a día del afectado, supone un lastre emocional que se manifiesta en forma de ansiedad, estrés, aislamiento social y depresión. Tal y como señala el presidente de la AEU, doctor Humberto Villavicencio, “la incontinencia de orina se puede presentar a cualquier edad y afecta a ambos sexos. Muchos de estos pacientes ocultan su enfermedad por temor al rechazo social a causa de un problema que hoy tiene solución. Por lo que es importante que hagamos llegar a la población el mensaje de que existen tratamientos, y que lo importante es acudir al urólogo para tener un diagnóstico correcto del tipo de incontinencia que se sufre y actuar en consecuencia”.
Asimismo, el progresivo envejecimiento de la población está aumentando su incidencia. “Con el paso de los años”, explica el doctor Esteban, “los tejidos se debilitan y se van acumulando la alteraciones urológicas que provocan que la incontinencia sea más frecuente”. Dependiendo de cómo se produzcan las pérdidas de orina existen dos tipos de incontinencia: la de esfuerzo y la de hiperactividad vesical. La primera ocurre durante el ejercicio físico o al toser o estornudar, mientras la segunda viene precedida de un fuerte deseo de orinar.
-Pérdidas de orina
La incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí misma, sino un problema que responde a varios factores. En la mujer joven, el embarazo y el parto constituyen la principal causa del debilitamiento del suelo pélvico. Ya en la edad madura (entre los 45-60 años), la más frecuente es la incontinencia de esfuerzo. En estos casos, la afectada presenta una uretra incompetente asociada siempre a un suelo pélvico que ha perdido el tono que tenía en la juventud. Esto está directamente asociado a su vez con el descenso hormonal ligado a la menopausia.
En las mayores de 65 años aumenta en frecuencia la hiperactividad vesical, que sucede cuando los mecanismos inhibitorios del reflejo miccional están alterados y se produce un fallo en el control voluntario de la micción. El afectado siente las ganas de orinar, pero no puede controlarlo. “Lo más importante de todo es que la población no dude en acudir al urólogo y exponerle su caso para un correcto diagnóstico y tratamiento, ya que la incontinencia de orina tiene curación en un alto porcentaje de casos”, subrayan ambos expertos.
-Incontinencia urinaria en el varón
Aunque en el varón la edad también es un factor determinante, el doctor Esteban matiza que, “la incontinencia también puede estar provocada por una cirugía de cáncer de próstata. De hecho, en los últimos años, el número de varones incontinentes por esa causa ha aumentado debido a que cada vez se diagnostica antes el tumor y en consecuencia, se operan más próstatas malignas”. En este sentido, la AEU, a través del Grupo de Urología Femenina, Funcional y Urodinámica, dedica grandes esfuerzos a formar a los urólogos en las distintas alternativas de corrección quirúrgica de este trastorno. Ejemplo de ello es la organización de este tipo de cursos que incluyen sesiones teóricas y prácticas dirigidas en última instancia a mejorar la calidad de vida de los afectados.
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