El abad asesinado es una entretenida historia de misterio y muertes en la Italia del Renacimiento. Escrita por Jill Staynes y Margaret Storey bajo el pseudónimo de Elizabeth Eyre, es la típica novela para leer en verano bajo el toldo y mojito en mano. Me recuerda mucho a la serie de Ellis Peters con Fray Cadfael (del que hay además de serie de libros, serie de televisión), el monje detective, salvo que en esta ocasión nuestro protagonista es Segismundo, un hombre alto e imponente con la cabeza afeitada que trabaja "haciendo recados" e investigaciones.
A Segismundo le acompaña Benno, su criado y el perrete Biondello, al que le falta una oreja. En esta ocasión, la historia comienza cuando Segismundo se encuentra con Olivero Pantera, un rico comerciante y antiguo compañero de batalla. Olivero le invita a cenar a su casa y así conocer a su hermano Ferondo y de paso, que se quede unos días en su casa como invitado. Todo transcurre con normalidad hasta que en la primera noche, alguien irrumpe en la casa e intenta robar La Feconda, una virgen muy venerada y de gran valor que ofrece riquezas y fertilidad a aquellos que la posean. Segismundo, movido por el espíritu de supervivencia nato en él, mata al asaltante que resultó ser tío de los dos anfitriones. Parece ser que Bernabo, el difunto, quería llevar La Feconda a Scheggia, donde hay una hermita donde se venera a dicha virgen, para acabar con las disputas familiares (muertes incluidas) que ha suscitado la reliquia.
Así que Segismundo se dispone a llevar La Feconda a Sheggia, ya que ésta fue la última voluntad del muerto. Pero éste tan sólo es el principio, la primera muerte, un misterio donde están implicados muchos personajes y donde cada puede ser el culpable. El verdadero quid de la cuestión comienza cuando el Abad Bonifacio es asesinado con el hacha de Segismundo en el Palacio del Conde Ludovico, el regente de Rocca, una villa costera que sufre los altos impuestos establecidos por el abad asesinado. Aunque el Abad fue asesinado con el hacha de Segismundo, éste será el responsable de solucionar el misterio y dar con el verdadero asesino. No quiero contar más sobre el argumento por miedo a spoilers.
Los capítulos son cortos, cosa que a mí como lectora me gusta pero a mitad del libro, se me empezó a hacer un poco largo el argumento y empecé a leer con rapidez para no caer en el aburrimiento.
El desenlace es de Bien y yo le daría más protagonismo incluso a Segismundo, el misterioso protagonista, creo que puede dar mucho más de sí.
De todas formas, es una lectura que como ya he mencionado, es de verano, de entretenimiento, para no pensar y sumergirte en una época pasada tan espléndida como decadente como es el Renacimiento.
Recomiendo la lectura si te gustan las sagas de misterios en épocas pasadas.