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El aborto y la cuestión del especismo

Por Luistovar

El aborto y la cuestión del especismo

De este modo, la Iglesia Católica intentaba, por un lado, equiparar (erróneamente) a un simple embrión con un niño y, por otro lado, denunciar que se protege más a una especie en vías de extinción que a un cigoto. Ambas posturas se basan igualmente en el especismo: lo que importan son las especies, no el individuo


En un texto titulado «La cuestión del aborto desde una perspectiva de Derechos Animales» expuse, como su propio nombre indica, lo que considero que sería la postura coherente sobre el tema del aborto y la consideración moral del feto de acuerdo a la ética de Derechos Animales. En esta nota pretendo profundizar un poco más en el asunto, atendiendo al fundamento moral que nos permite establecer un criterio ético básico para saber si el aborto está bien o mal, o cuándo sí estaría bien y cuando no.

Hay posturas que afirman que el aborto (de seres humanos) siempre está mal porque supone matar a un ser humano. Otras posturas consideran que una mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo en cualquier etapa de la gestación, sin importar qué consecuencias tuviera para el feto ni en qué desarrollo se encuentre. Finalmente, hay otras opiniones morales que consideran que el aborto no sería problemático en las primeras etapas de embarazo (los primeros meses) pero que a partir de cierto momento, el feto adquiere una característica cualitativa que lo distingue esencialmente de un embrión: la capacidad de sentir.


Lo que me gustaría de forma concisa exponer aquí, por tanto, es cuál sería la razón que nos permite racionalmente establecer la diferencia entre lo que sería un aborto moralmente aceptable y lo que sería causar una muerte injustificada. 
Por lo general, las perspectivas morales sobre este asunto no influidas por prejuicios o por dogmas religiosos admiten que no hay problema en abortar durante las primeras semanas del embarazo puesto que el embrión no es sintiente - no tiene un sistema nervioso activo. Incluso en los primeros meses tampoco hay ninguna prueba acerca de la sintiencia. Ahora bien, cuando el feto ya tiene entre cinco y seis meses hay indicios de que sí que tiene un sistema nervioso en funcionamiento. Ya hay alguien ahí. No es un simple ser vivo, sino un ser sintiente.

Que la gran mayoría de personas que razonan al respecto, sin prejuicios, llegue a la conclusión que hay una diferencia moralmente cualitativa, entre un feto no-sintiente y un feto sintiente, no se trata de una mera casualidad o arbitrariedad.Precisamente lo que distingue moralmente a una persona de un objeto es la capacidad de sentir. Y un embrión no tiene capacidad de sentir. El feto no desarrolla el sistema nervioso hasta muy avanzada la gestación. Y si no siente entonces no tiene derechos. Porque los derechos protegen intereses. Pero sin capacidad de sentir no se pueden tener intereses ni sensaciones ni intenciones, ni nada de lo que caracteriza a una persona como tal.La cuestión es que si la personalidad - la condición de persona - no puede asociarse racionalmente con la pertenencia a determinada especie, entonces la única opción razonable que justifique la inclusión en esa categoría debe ser la capacidad de ser consciente. Esto es, la capacidad de experimentar sensaciones (dolor, placer,...) y de tener intereses o intenciones. Esta característica es la que diferencia ontológicamente a una sujeto (una persona) de un objeto (una cosa).No confundamos (como suele ocurrir a menudo) la capacidad de sentir con el hecho específico de sentir dolor. Si un ser siente entonces tiene intereses  - como el interés en continuar existiendo - y es un individuo, no un objeto, por tanto no podemos tratarlo como si fuera un simple medio para nuestros fines. Yo hablo de la capacidad de sentir en general. El dolor es sólo una de las muchas sensaciones que experimenta un ser sintiente. Algunas personas alegan que no sabemos con certeza cuándo comienza el feto a ser sintiente. Y es cierto que no lo sabemos con exactitud. Pero sí podemos tener una idea aproximada. Del mismo modo que no saber exactamente cuándo comienza a amanecer no significa que no podamos establecer una diferencia más o menos nítida entre el día y la noche. La ciencia nos aporta datos muy relevantes al respecto. Esto no significa que podamos establecer un criterio único y absoluto, ya que cada proceso de embarazo concreto puede tener diferencias sustanciales, pero sí sabemos que a los tres meses el sistema nervioso de un feto no puede funcionar, pero a los seis meses sí hay evidencias de que está activo.


Que la ciencia rectifique constantemente en base a las evidencias precisamente es lo que ha conseguido que sea la fuente de información empírica más fiable y precisa de la que tenemos noticia. A pesar de sus errores, la ciencia es mucho más confiable que cualquier otra fuente de conocimiento empírico, ya sea la intuición, revelación (alucinación) religiosa o la mera creencia sin pruebas. Lo es precisamente porque se hace auto-crítica y revisión constante.
Por otra parte, el argumento de que un embrión debe ser tratado como una persona porque, aunque todavía no lo es, "será una persona" es una falacia lógica. Es confundir el presente con un hipotético futuro. Si ese argumento es válido, entonces sería justo que tratáramos a los vivos como si fueran muertos, ya que todos los vivos, sin excepción, morirán en un futuro. Eso es cambiar lo que existe aquí en el presente real por entidades no-existentes de un supuesto futuro que no es real.

También se dice que el embrión no-sintiente está vivo. De acuerdo. Las plantas también son seres vivos. ¿Por qué motivo merecen consideración los seres vivos humanos y no los de otras especies? ¿Es porque alguien lo dice sin más? Esto sí que sería basarse puramente en los intereses y deseos personales. Es pura arbitrariedad.
Si razonamos lógicamente sólo podemos llegar a una conclusión correcta. El punto central de esa conclusión es que la persona se caracteriza esencialmente por la capacidad de sentir. Un embrión sin sistema nervioso activo no es una persona porque no siente, por tanto no debemos considerarla como si lo fuera, porque no lo es. No es un quién. No es alguien. No siente.

Si aceptamos el criterio moral de la sintiencia, esto implica que, por coherencia, deberíamos extender la consideración moral a todos los seres sintientes, independientemente de su especie. Si un ser puede sentir, entonces es un individuo - alguien que tiene experiencias subjetivas, deseos e intenciones. Luego no se justificaría que los discriminemos de la misma protección que damos a los humanos sintientes en lo que se refiere a su condición de persona y sus derechos básicos.

La posición "anti-aborto" pide el derecho a vivir para embriones que no sienten, pero se lo niega a animales nohumanos que sí sienten y desean vivir. Esto es otro claro ejemplo de especismo. Con la peculiaridad de que, en este caso, es un especismo que perjudica a los humanos individuales. Se violan sus derechos con la excusa de que la especie humana, por el hecho de ser humana (antropocentrismo), merece consideración moral. A mi modo de ver, esta controvertida cuestión del aborto puede ayudarnos a aclarar esta noción de ética básica. Los anti-abortistas simplemente está aplicando de forma coherente el prejuicio de que los humanos merecen respeto por el mero hecho de ser humanos. Este prejuicio supone que el resto de animales son discriminados de la comunidad moral, por el simple hecho de no ser humanos, a pesar de que sienten, sufren y desean. Si el prejuicio del especismo no es válido en la cuestión del aborto, tampoco puede ser aceptable en cualquier otra cuestión moral.

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