En el cumpleaños centenario del abuelo está toda la família reunida
cantándole el Feliz Cumpleaños, y en esto que el abuelo viejísimo se
ladea, parece que se va a caer de la silla, y todos gritan:
- ¡El abuelo!, ¡el abuelo!, ¡cuidado con el abuelo!.
Y entre todos lo ponen en la posición correcta.
Al cabo de un rato se produce la misma situación:
- ¡El abuelo!, ¡el abuelo!, ¡cuidado con el abuelo!.
Y así varias veces, hasta que al final el abuelo dice:
- ¡Pero diantres!, ¿es que ni en el día de mi cumpleaños me vais a dejar tirarme un pedo a gusto o qué?.