- ¿Qué tal ahí abajo, Luke, te has hecho daño?
- No, llegué bien y ahora me largo, no quiero tener un conflicto edípico contigo. Además me intimida tu físico pulido y tu voz cavernosa, papi. ¿Puedo llamarte papi?
- Llámame como quieras, aunque no sé si es lo más apropiado cuando hace un segundo estábamos a punto de aniquilarnos el uno al otro.
- Ya sabes, el eterno conflicto entre padres e hijos.
- Podemos solucionarlo, únete a mí como te propuse y hagámonos los amos del tinglado.
- Papá, me atrae mucho el lado tenebroso de la fuerza ya que tiene una moral menos exigente y dogmática que la nuestra, pero quiero tener una familia. Los dos solos nos aburríamos mucho.
- Monta una familia si se te sientes necesitado de ella, no habrá inconveniente.
- ¿Pero estás dispuesto a ser un buen abuelo? ¿Un abuelo de verdad, en toda la real extensión de la palabra?
- ¿En que consiste ser un abuelo de verdad?
- Pues lo habitual en estos tiempos: dejar de vivir para ti mismo y vivir la vida que les convenga a tus hijos y nietos.
- No me suena nada divertido, concrétame los conceptos.
- Te enumero. Deberás llevar todos los días a tus nietos a la guardería interestelar. Luego, entre semana, te quedarás con ellos cuando yo y tu nuera estemos ocupados con algún asunto urgente. Olvídate de los sábados, me gusta ir por las noches de cena y baile a algún planeta de moda. Luego puede que tengamos que asistir durante varios días a la Convención Anual de Jedis Renegados, a la Liga Espacial de Guerreros Malsanos o a la Asociación Maléfica de Malotes Planetarios.
- ¿Algo más?
- Hombre, ahora que lo dices, podrías tener a los críos a tu cargo mientras esté despachando los asuntos corrientes del imperio.
- Te equivocas, mi propuesta es compartir el mando contigo no que me suplantes. Además no hay perspectiva de que tengas herederos. En los mentideros de la corte imperial se dice que el joven Skywalker podría ser gay.
- No soy gay y si lo fuese podría adoptar algún hijo, mi obligación es mantener la hegemonía familiar durante los próximos siglos. Sin embargo es un hecho que tú te harás mayor y que el reverso tenebroso no te protegerá de la inevitable decrepitud. Serás anciano y como tal, deberás cuidar de tus nietos como un abuelo moderno. Estoy seguro de que el cuidado de tus nietos te redimirá de tus muchas fechorías, Papá Anakin.
- ¿Pretendes que me convierte en uno de esos viejos blandos y frágiles esclavizados a un montón de niñatos malcriados por la increíble condescendencia de sus padres? ¿Acaso quieres convertir al espeluznante Darth Vader en el babero de tus hijos?
- Seguro que encontrarás múltiples emociones limpiándoles las caquitas, contándoles alguna de tus historias tremebundas o dejando que jueguen, criaturas, con tu oscuro y tenebroso yelmo.
- Mi yelmo me da la vida y pretendes que la pierda a manos de unos chiquillos mocosos y consentidos mientras aún puedo dar guerra. Claro, de esa manera, en el momento en que empiece a chochear, no te costará nada expedirme como chatarra espacial a algún lejano planeta basurero
- Lamento que no aceptes tus obligaciones.
- ¿Mi obligación? Tus hijos son tuyos, no míos. ¡Qué los cuide algún robot nodriza! A vosotros los jóvenes os confunde la ambición y pretendéis libraros de todo lo que pueda perturbarla. Sois unos insensatos abandonando a vuestros hijos en manos de vuestros ancianos padres que lo único que aspiran a un poco de paz después de una vida de ajetreo.
- Tú también me abandonaste y te mereces tu castigo.
- ¿Optas entonces por la solución edípica? Como quieras, joven Skywalker, voy a por ti. Recuerda que aunque la fuerza está contigo todavía no eres un jedi. Estás derrotado. Resistir es inútil...