Subyace en todas estas conductas un elemento que genera inquietud: la deshumanización. Para Zimbardo es cuando actuamos pensando que los otros no tienen unos mismos sentimientos, pensamientos, valores y metas. Cuando borramos de nuestra conciencia toda cualidad humana que esos «otros» puedan tener en común[39].
La deshumanización es, empleando la confrontación laxa y precisa de Martin Buber, cuando la relación «yo-tu» es sustituida por la relación «yo-eso»[40] .
Las implicaciones éticas son evidentes, cosificar a la persona no es una opción vital admitida por la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 2010 porque destruye la dignidad como cualidad innata del ser humano.
Otra cosa es preguntarse qué importa la dignidad de los otros en un mundo cada vez más estructurado en grupos con personas dependientes, mudas, grises, sin ninguna iniciativa, y en donde la individualidad, lo autónomo, se sacrifica por una pretendida irrelevancia…
Fuente: Blog Sucesos Contemporáneos
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