La historia de este aceite es cuando menos peculiar. resulta que es un fruto que nace de un árbol, que prácticamente sólo crece en un país del mundo, Marruecos, aunque la wikipedia dice AQUI, que también en algunas zonas de Argelia, más concreto en Tinduf.
El caso es que cuando íbamos de camino a Essaouira el guía empezó a contarnos, que no se conocían sus propiedades hasta hace relativamente poco, porque las cabras de la zona se comían los frutos y la gente sólo encontraba las cáscaras. Al parecer, al ser un árbol con muchos pinchos en sus ramas, los pastores nunca se habían interesado por ellos, pero las cabras si, y de hecho parece que hasta se subían a sus ramas para alimentarse (imag01). Y hoy en día podemos verlas aún encaramadas en mitad de la carretera, aunque es hoy día una atracción turística.
Tras la parada a ver a las cabras, nuestra sorpresa fue saber, que al investigar el fruto se le han encontrado gran cantidad de propiedades beneficiosas para los humanos. El problema que tiene este árbol, es que no sólo no nace fuera de Marruecos, sino que nadie sabe cómo se poliniza ni donde va a nacer, se ha intentado criar y es imposible. Por tanto, todo el aceite que se produce en el mundo se hace en esta zona de Marruecos, y de forma totalmente artesanal. Y el centro que más produce este aceite del mundo (imag02), esta en esta zona, paramos a visitarlo, y lo llevan las mujeres de la región, y lo producen segun se ve en la imagen 03. Tal cual se hacía cuando los bereberes lo usaban para su alimentación. Es por ello que es muy caro y preciado entre los que lo conocen. Es por ello que en 1998 la Unesco declaró esta zona Reserva de la Biosfera, y la forma de producir el aceite es según la Unesco un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por sus conocimientos, prácticas y técnicas vinculadas al Argán.
Así que de camino a Essaouira, descubrimos algo muy sorprendente y que desconocia hasta ese momento, otra grata sorpresa a sumar en nuestro viaje a Marruecos.