– Marina Muñoz Cervera –
El aceite de palma es un aceite vegetal que se utiliza como aditivo en alimentos industriales.
En los últimos tiempos esta aceite empleado por la industria alimentaria debido a su bajo precio y su aparente «carencia» de efectos secundarios para la salud, ha sido considerado un aditivo peligroso.
En el etiquetado nutricional de los alimentos encontramos con mucha frecuencia aceites vegetales, como ingredientes, sin más especificación. El aceite de palma es uno de los más comunes.
Este aceite ha pasado de ser considerado nutricionalmente adecuado, a potencial cancerígeno y promotor del síndrome metabólico.
Galletas, pastas, precocinados, snacks y un largo etcétera de productos industriales contienen aceite de palma en su composición.
¿Qué peligros para la salud conlleva el consumo de aceite de palma?
Si nuestra alimentación es saludable, predominantemente natural y equilibrada, el consumo de 1 producto que contenga aceite de palma no nos produce ningún efecto, ya que nuestro organismo es capaz de compensar. Sin embargo, la inclusión de varios productos que lo contengan, aumenta nuestro nivel de ingesta, hasta el punto de que agoten nuestros mecanismos de compensación y podemos enfermar.
El aceite de palma es muy rico en grasas saturadas, pero el peligro para la salud humana, no solo radica en la presencia de estas grasas, que en exceso aumentan nuestro riesgo cardiovascular. El tratamiento industrial del aceite de palma, en concreto su refinamiento, conlleva el calentamiento a temperaturas iguales o superiores a 200 ºC, para eliminar su color rojo natural y neutralizar su olor.
Ya en Francia, a finales de 2012 y a propuesta de un Senador, se inició una campaña contra este aceite, con la idea de gravar los productos que lo contuviesen. Sin embargo, la enmienda presentada por el político fue desestimada. Este hecho causó una gran polémica entre los países productores del aceite de palma, que contrarrestaron todos los argumentos presentados por los franceses.
Los contaminantes responsables del riesgo para la salud humana de este aceite son los ésteres glicidílicos de ácidos grasos, 3-monocloropropanodiol (3-MCPD), 2-monocloropropanodiol (2-MCPD) y sus ésteres de ácidos grasos.
La EFSA, Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria, publica en mayo de 2016, que el mayor peligro para la salud está en los consumidores que hayan consumido más de tres años margarinas y pasteles, entre otros productos que lo contienen en abundancia. La EFSA propone, en su artículo, más estudios para evaluación de riesgos e indica que existen suficientes evidencias de que los contaminantes del aceite de palma, mencionados, tienen potenciales genotóxicos y cancerígenos.
En noviembre de 2016, la JECFA, Comité de Expertos sobre Aditivos Alimentarios y Contaminantes de la OMS y FAO, evaluó los riesgos de los contaminantes del aceite de palma refinado. Sin embargo, sus resultados fueron divergentes, en especial para el 3-monocloropropanodiol (3-MCPD). Se ha iniciado una nueva consulta que terminará a finales del presente año.
¿Qué podemos hacer nosotros para prevenir?
Es importante tener claro que el aceite de palma natural, sin refinar, no es dañino para la salud, excepto si se consume en grandes cantidades, por su riqueza en grasas saturadas. De hecho, ha sido considerado durante mucho tiempo como una grasa beneficiosa, en las cantidades adecuadas. Sin embargo, no sucede los mismo con el aceite de palma sometido a refinamiento industrial, que se incluye en los productos industriales.
Aún cuando hayamos consumido ya mucha cantidad de productos con aceite de palma, si nuestra alimentación cambia hacia una orientación saludable y lo más natural posible, nuestro organismo sería capaz de compensar o de mejorar su situación metabólica.
Como muchos productos industriales no indican expresamente la presencia de este aceite, la única forma que tenemos de prevenir es reduciendo el consumo de productos que contengan aceites o grasas vegetales, sin especificar.
1 o 2 productos ultraprocesados al día puede no hacernos daño, siempre y cuando nuestro entorno alimentario sea saludable y equilibrado.
Fuentes:
– EFSA. European Food Safety Authority. “Process contaminants in vegetable oils and foods”. 3 de mayo de 2016.
– Alain Riva, Patrice Levang. “La Palma de la controversia: La palma aceitera y los desafíos del desarrollo”. Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR). Bogor, Indonesia, 2014.
Imagen:
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