El acero se compone de hierro en un 98 - 99 por ciento y se produce refinando arrabio para eliminar el exceso de carbono y demás impurezas. Es posible añadir otros elementos de aleación según el tipo de resultado requerido. Existen literalmente cientos de tipos diferentes de aleaciones de acero, cada una con propiedades específicas.
El acero inoxidable, que puede contener hasta un 20 por ciento de cromo y níquel, es un buen ejemplo de un acero de aleación. Resulta caro, pero necesita muy poco mantenimiento. Es posible aplicar sobre el acero diversos tipos de tratamientos y acabados, como pintura. laca, esmalte y acrílico, con el fin de mejorar su resistencia a la intemperie, al fuego o simplemente por motivos decorativos. RECEPCIÓN DE ACERO INOXIDABLE EN UN LUJOSO HOTEL DE ITALIA
Muchos de estos acabados se deben renovar de forma periódica. El término "galvanizado" se refiere al proceso que consiste en cubrir el acero con una capa protectora de zinc. También cabe la posibilidad de cubrirlo con aluminio. El acero envejecido, está diseñado para desgastarse. Cuenta con un recubrimiento de hierro, carbono, cobre y fósforo que contorma una capa protectora de óxido sobre la superficie.
APLICACIÓN DE ACERO INOXIDABLE EN MARCOS DE PUERTAS REVESTIMIENTOS Y EQUIPAMIENTO DE COCINA EN ACERO
Existen diversos métodos para lijar elementos individuales de acero; los más importantes son la soldadura, el atornillado y el remachado. Este ultimo apenas se emplea hoy en día. La soldadura representa el modo más economico de realizar juntas fuertes, pero por lo general debe venir de fábrica.