El acné es una enfermedad cutánea de las glándulas sebáceas, de causas múltiples y curso autorresolutivo que afecta a zonas como la cara, el pecho y la parte superior de la espalda.
Aparece fundamentalmente en la pubertad y la adolescencia. El acné es una patología que afecta en un 40% a mujeres entre los 14 y 17 años y en un 35% a hombres entre los 16-19 años.
Desaparece generalmente a los 25 años en hombres y a los 30 años en mujeres, aunque algunas personas pueden presentar acné hasta los 40 años. Sin embargo, los hombres presentan los casos más graves, debido a la estimulación de los andrógenos a las glándulas sebáceas.
La forma más frecuente es el acné común que puede ser leve, moderado o severo. Según el tipo de lesiones se clasifica en:
- Grado 0 o preacné: hiperqueratosis folicular.
- Grado I o acné comedogénico: comedones y pápulas.
- Grado II o acné papulo-pustulos: pápulas o pústulas superficiales.
- Grado III o acné pustuloso-nodular: pústulas profundas o nódulos.
- Grado IV o acné quístico: nódulo, quistes y cicatrices.
Factores agravantes: predisposición genética, estrés, brote premenstrual, alimentación, obesidad, sudoración, ciertos medicamentos o cosméticos de consistencia grasa.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento del acné es minimizar las manifestaciones clínicas y evitar las secuelas y se realiza de forma personalizada para cada paciente dependiendo del diagnóstico (edad, sexo, fototipo de piel, etc). Esto implica que el paciente debe seguir las pautas indicadas por el médico al pie de la letra y durante períodos prolongados. Una correcta higiene, evitar los cosméticos comedogénicos y una alimentación sana son parte importante del tratamiento. Los tratamientos vía tópica están indicados para controlar formas leves y moderadas de acné y, en función de la evolución, combinarlo con fármacos. El acné inflamatorio moderado o grave no suele responder bien a la terapia tópica y necesita de antibióticos vía oral durante varios meses.
Hábitos de limpieza:
Es una parte importante del tratamiento. Se debe limpiar la piel a diario retirando toda la suciedad y/o el maquillaje una o dos veces al día con un jabón específico para pieles grasas pero suave y que no reseque ni irrite. Las cremas deben ser con base de agua, no comedogénicas y que no obstruyan los poros.
Vía tópica (tratamiento cosmetológico):
El tratamiento vía tópica debe prescribirlo un profesional. Consiste en tres etapas, prepeeling que se realiza en casa siguiendo las pautas indicadas por un profesional médico, peeling que se realiza en la clínica, y postpeeling que se realiza nuevamente en casa.
El “prepeeling” se realiza durante dos semanas para preparar la piel y evitar efectos secundarios producidos por el peeling, como por ejemplo irritaciones. Consiste en aplicarse productos de higiene facial, cremas y cada mañana aplicar protector solar total específico para pieles acnéicas. Puede acompañarse de cremas de acción exfoliante suave a base de ácido salicílico o glicólico a baja concentración. Por la noche, crema con ácido retinoico o con retinol para estimular la renovación cutánea.
El “peeling” se puede realizar:
con ácido retinoico (vitamina A) con una alta concentración para llegar a los niveles más profundos de la piel. Tiene un efecto rejuvenecedor, disminuye las arrugas y las marcas en la piel, tiene efecto tensor y estimula la producción de colágeno y elastina, por lo que tiene efectos beneficiosos a largo plazo. Indicado también para estimular el recambio celular, la renovación de células muertas e incrementar el nivel de hidratación natural. Su efecto antiséptico previene el acné y otras infecciones, dejando la cara luminosa, con tono uniforme. La aplicación del peeling de ácido retinoico debe realizarla siempre un profesional porque puede irritar la piel y hay que controlar las dosis adecuadas para cada caso. No puede aplicarse en mujeres embarazadas o en período de lactancia y se debe tener mucha precaución con evitar la exposición solar.
Con ácido salicílico que acelera el recambio epidérmico (exfoliante) y ayuda a eliminar espinillas y cicatrices de acné. Durante su aplicación produce una sensación de quemazón que se inicia al minuto de su aplicación y dura dos o tres minutos. No se puede aplicar en zonas extensas ni sobre pieles alteradas. Al cabo de dos días produce descamación.
Con ácido glicólico que tiene acción exfoliante y a nivel del conducto pilosebáceo facilita la eliminación de los comedones (espinillas). Se utiliza mucho si la paciente ya ha utilizado anteriormente cremas con ácido glicólico. En altas concentraciones puede irritar la piel.
La elección de uno u otro ácido depende enteramente del diagnóstico del profesional médico.
El número de sesiones depende del grado del acné y de la respuesta de cada caso. Generalmente son necesarias varias sesiones que deben distanciarse como mínimo un mes.
El postpeeling consiste sencillamente en utilizar un factor de protección total para pieles acnéicas y cremas con los mismos activos que se han utilizado en el peeling, pero en concentraciones menores.
Vía oral:
Fitoterapia por vía oral a base de suplementos específicos para piel acnéica compuestos por zinc, aceite de onagra, levadura de cerveza y vitaminas A, B y E.
En los casos más graves hay que recurrir a los fármacos, en este orden:
Antibióticos: de uso oral o tópico a base de tetraciclinas o derivados para contrarrestar la infección (existen toallas con tetraciclina y cremas antibióticas.)
Anticonceptivos: para regular si existe algún problema hormonal.
Isotretinoina: fármaco que se utiliza en casos de acné rebelde que no responde a los anteriores tratamientos. Se prescribe junto con los anticonceptivos, pues está contraindicado en mujeres embarazadas, ya que tiene efectos adversos teratogénicos (afecta al feto). Puede producir efectos adversos a nivel hepático y a nivel cutáneo: reseca mucho la piel y aumenta la fotosensibilidad: la piel está más sensible al sol (y a los tratamientos con láser).
El tratamiento farmacológico por vía oral dura meses, más cuánto más intenso el acné.
Alimentación:
El acné está relacionado con un alto consumo de lácteos y dulces. Se debe evitar la ingesta de grasas malas, no abusar de los lácteos ni de los hidratos de carbono de cadena corta (azúcar y harinas blancas) y llevar una alimentación sana.
En resumen, ¿Qué activos son los más efectivos?
Para tratar el acné existen varios principios activos como los ácidos retinoico, salicílico o glicólico, que tienen acción queratolítica (que desobstruye el folículo pilosebáceo y permite el drenaje del mismo); el peróxido de benzoilo y el ácido azelaico que son antimicrobianos tópicos (el ácido azelaico es además sebolítico y antiinflamatorio), antibióticos orales, anticonceptivos orales ( para los desajustes hormonales) y finalmente, como último y más eficaz agente antiacneico la Isotetrinoína oral.
Cómo evitar o, en su defecto, tratar las secuelas del acné en la piel
Acudiendo al médico cuanto antes para que realice un buen diagnóstico y aplique el tratamiento adecuado, ya que no hay fórmulas mágicas ni reglas para todos los tipos de acné, el tratamiento debe ser individualizado. Cuanto antes se inicie el tratamiento menos secuelas cicatrízales quedarán.
Es fundamental no manipular o exprimir las lesiones para evitar manchas o cicatrices.
Cuidado con las cremas de vitamina C y los tratamientos de infiltración de vitaminas porque pueden empeorar y disparar los brotes de acné.
Hay que proteger la piel del sol para evitar pigmentaciones, usando factor específico para piel acneica.
Para tratar las secuelas, cuando ya no queda acné activo, hay distintos tipos de láser para eliminar manchas y cicatrices. Dependiendo del tipo de piel, de la marca y grado de lesión se elige una u otra técnica. En Clínica Menorca las marcas leves se tratan con láser Picosure y las más profundas con el láser de CO2.