El acoso escolar o bullying

El acoso escolar siempre ha existido, pero cada día va en aumento y ocurre en un grado más intenso. Los problemas colaterales que sufre el acosado suelen ser ansiedad, depresión y baja autoestima, problemas que puede arrastrar aún cuando el problema se ha resuelto.

Uno de los aspectos más preocupantes es que los niños suelen ocultar esta situación, ya sea por vergüenza a aceptar que es objeto de burla, por miedo a las consecuencias, por no ser un chivato, etc. Incluso los niños que no son víctimas pero ven cada día situaciones de este tipo suelen apostar por el silencio para no salir salpicados o acabar siendo ellos las víctimas. Por eso el acosador suele convertirse de alguna manera en líder: los demás compañeros prefieren estar a su lado para permanecer protegidos, aunque no compartan su forma de actuar.

Existen algunos signos de alerta que podemos detectar desde casa y que podrían indicar que nuestro hijo/a está sufriendo acoso escolar:

• Frecuentemente pone excusas para no ir al colegio: a menudo dice que le duele la cabeza, el estómago, etc. y trata de convencernos para quedarse en casa. Esta conducta suele ocurrir sobre todo los domingos por la noche y los lunes por la mañana, porque pasa de estar relajado a volver a sentir la angustia de enfrentarse al acosador. A menudo estos dolores son reales, causados por el estrés, aunque también pueden ser exagerados para conseguir su objetivo: evitar ir al colegio.
• En ocasiones llega a casa con golpes y heridas: Si el maltrato es físico, habrá rastro de golpes en su cuerpo: rojeces, moratones, rascadas…  no siempre significa que alguien se lo haya hecho, pero si al preguntarle ves que duda en su respuesta, se pone nervioso o evita el tema, es posible que se trate de bullying.
• A menudo le cuesta conciliar el sueño: Si tu hijo se queja de que está cansado por las mañanas, que se ha despertado muchas veces, que ha tenido una pesadilla, etc., lo más probable es que haya un factor estresante detrás. Podrían ser muchas las causas de este estrés, pero una de ellas puede ser el acoso escolar.
• Generalmente está aislado del grupo: Fíjate en las fotografías de las excursiones. Los niños que sufren bullying suelen salir en una esquina, con expresión de tristeza o disgusto. Fíjate también en la salida de la escuela: ¿sale sólo o acompañado? Si puedes, acércate durante la hora del patio y observa si está jugando en grupo y disfrutando o, por lo contrario, está sólo o es objeto de burlas.

Ante cualquiera de estos signos debemos hablar con nuestro hijo/a mostrando nuestro apoyo incondicional y nuestra comprensión, con el objetivo de que se pueda desahogar y exprese sus sentimientos. Es importante no juzgar la forma como reaccionó ante estas situaciones de acoso en el pasado y, en cambio, pensar conjuntamente en cómo resolverlas de un modo asertivo en el futuro. También es imprescindible hablar con el tutor/a y buscar una solución para que esto no siga ocurriendo.