Bruce Willis, actor y productor americano, abandona el cine a los 67 años tras haber sido diagnosticado afasia, un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse mediante el habla, la escritura o la mímica y se debe a lesiones cerebrales. Su hija Rummer Willis ha publicado un comunicado en Instagram en el que anuncia la retirada del mítico actor: “Para los increíbles seguidores de Bruce, como familia, queríamos compartir que nuestro amado Bruce ha estado experimentando algunos problemas de salud y recientemente le diagnosticaron afasia, que está afectando sus habilidades cognitivas. Como resultado de esto y con mucha consideración, Bruce se retira de la carrera que ha significado tanto para él”.
Sus hijas –Rumer, Scout, Tallulah, Mabel y Evelyn–, así como su mujer, Emma Heming, y su ex pareja, Demi Moore, agradeciéndole“el continuo amor, compasión y apoyo”, zanjan así el comunicado: “Estamos afrontando esto como una unidad familiar sólida y queríamos hacer partícipes a sus fans porque sabemos cuánto significa para vosotros, igual que vosotros para él. Como Bruce siempre dice, ‘Vívelo a lo grande’, y juntos planeamos hacer precisamente eso”.
En términos generales, la afasia es una enfermedad que deriva en la pérdida de la capacidad de expresar o comprender el lenguaje hablado o escrito como resultado del daño en las zonas del cerebro que controlan el lenguaje. En otros términos, es un trastorno que provoca la incapacidad de expresar o comprender del ser humano en cualquiera de sus formas. El síntoma principal es la incapacidad por parte de la persona que la padece para construir oraciones largas y/o complejas, teniendo que sustituirlas por frases más cortas, sencillas o con pocas palabras. Asimismo, quien sufre la afasia puede alterar el orden de las palabras y ser incapaz a veces de formar oraciones congruentes.
Existen diferentes tipos de afasia, en función de los síntomas –más o menos graves y más o menos pronunciados– de quien la padece. Afasia expresiva o Broca (la persona sabe lo que responder o escribir, pero presenta dificultades para encontrar las palabras adecuadas para hacerlo); afasia receptiva o Wernicke (la persona puede hablar, leer y escuchar con fluidez, pero en ocasiones altera el orden de las palabras y las frases resultantes carecen de coherencia); afasia anómica (es el tipo más común y se traduce en que, sencillamente, el paciente no encuentra el término correcto a la hora de expresarse. De ahí que termine por emplear oraciones muy largas o dé ‘mucho rodeo’ para decir algo que podría haber dicho en pocas palabras o con una sola) y afasia global (la máxima expresión de la enfermedad, ya que quien la sufre no puede entender, leer ni escribir debido a una lesión cerebral extensa.
Existe la posibilidad de recuperarse sin tratamiento, pero es muy reducida. Los pacientes necesitan de una terapia del lenguaje inmediata y, además, hay que tener en cuenta que también se debe tratar la parte motora del organismo. Se estima que en España hay más de 350.000 personas con este trastorno, un número que previsiblemente es mayor, aunque no se lo han diagnosticado a todo el mundo que lo padece. De igual manera, cada año, la cifra de personas que tiene afasia aumenta en unas 25.000 y las causas pasan por ictus, traumatismos craneoencefálicos, demencia y tumores cerebrales. Yo mismo, desde hacer varios años, sufro el inicio de esta enfermedad en el momento de hablar y de expresarme, pero solo por la palabra y no por mi escritura.
BRUCE WILLIS-AFASIA: ASÍ es la ENFERMEDAD por la que el actor DEJA el CINE | RTVE Noticia