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En la reciente 18º Conferencia Internacional contra el Sida, resulta que Bill Gates y Bill Clinton ahora descubren, aceptan y piden promover, en la lucha contra el Sida,lo que ya muchos sabíamos eficaz: la abstinencia sexual y la fidelidad a la pareja. Sorprendente. Nunca es tarde para cambiar, ¿verdad?
Clinton y Gates coinciden en que "se malgastan los recursos contra el Sida, y afirman que la mejor estrategia y la más barata es la prevención, fomentando políticas basadas en una conducta sexual responsable." Ambos han coincidido en afirmar que la enfermedad requiere el desarrollo de políticas de prevención que se basen más en la conducta y no tanto en el envío masivo de preservativos y contraceptivos”.
Relaciones sexuales más tardías, evitar la promiscuidad y fomentar la fidelidad, tres cambios en la conducta de los jóvenes que han reducido espectacularmente el VIH en varios paises de África. Ya mucho antes, las pautas reconocidas como las más fiables a la hora de evitar el contagio con el VIH eran las promovidas por la OMS y conocidas como el “ABC”(Abstinencia, Fidelidad a la pareja y –para los incapaces de vivir ese A o B- condones). Ese ABC fue divulgado por la revista médica The Lancet ya en 2004, pero la debilidad moral de tantos médicos, periodistas y políticos y el dinero fácil y generoso para acallar conciencias sigue silenciando lo que es eficaz y ocultando lo que es políticamente incorrecto.
Pero el negocio mundial y millonario de repartir condones y la mentalidad de considerar la fornicación “protegida” como un derecho y una conquista cultural responden siempre con agresiones descalificadoras a los que se atreven a decir la verdad. Por eso cuando el Papa insinuó discretamente que el cambio de conducta sexual era de gran importancia en la lucha contra esta pandemia, sufrió un “linchamiento mediático y político” de alcance mundial.
Pocos le defendieron, pero Edward Green, el máximo experto en Sida de la universidad de Harvard, sí tuvo el valor de decir que Benedicto XVI tenía razón y que en su larga experiencia comprueba que existe “una relación entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor tasa de contagios de Sida”.Los hechos confirman las tesis de Green. Ahora, siguiendo programas semejantes al de Uganda, Boswana, Costa de Marfil, Etiopía, Kenia, Malawi, Namibia, Zimbawe, Senegal y otros, han podido reducir fuertemente el impacto del Sida en su población.">El Sida es sobre todo una enfermedad comportamental.
“Los jóvenes han demostrado que pueden ser agentes del cambio en la revolución de la prevención”, firma un informe de Naciones Unidas que insiste en que “un cambio está ocurriendo en la gente joven de todo el mundo, especialmente en partes del África subsahariana”.
Y nosotros, mientras tanto ¿qué? ¿Como siempre? ¿Con varios años de retraso? ¿Todavía somos tan estúpidos como para seguir creyendo en la “salud sexual y reproductiva”? ¿tan cobardes, mercenarios o sinvergüenzas, como para seguir difundiendo condones entre nuestros jóvenes?