Los "síntomas" aparecen por diferentes motivos, como pueden ser: los cambios corporales normales, el estrés y la preocupación. Cuando una persona está preocupada o siente “estrés”, puede experimentar algunos síntomas físicos que son producto del propio estrés. Por ejemplo, una persona puede tener dificultad para respirar, dolor en el pecho o sensaciones de hormigueo en los dedos. La persona puede malinterpretar estos síntomas y pensar que está “gravemente enfermo/a”. Estos pensamientos hacen que la persona se preocupe y la preocupación por sí misma hace que aumenten los síntomas físicos, entre en un círculo vicioso del que es difícil salir y tenga sensaciones o pensamientos como: " tengo dolores en/ de ....”, "me puedo morir”, “¿es un ataque cardíaco?”, “no podré estudiar” “tengo meningitis”, “estoy enfermo”, "no estoy bien" y otras muchas. En el adolescente hay algunos factores que favorecen ser hipocondríaco como:
- Sociales y culturales relacionados con una excesiva y errónea información médica sobre las enfermedades
- Prestar excesiva atención a los síntomas físicos
- Creencias erróneas acerca de lo que es estar sano o estar enfermo (por ejemplo: “Una persona sana no tiene síntomas físicos”
- Falta de habilidades para afrontar sucesos estresantes como, por ejemplo, no saber defender su postura delante de los demás o, por el contrario, no saber reconocer sus propias necesidades ni buscar estímulos positivos o no saber relajarse