Revista Coaching

El agua de vida

Por Planemprendedorweb

Por juan Carela

Cuenta una leyenda que un  hombre estaba perdido en el desierto, a punto de morir de hambre y  sed.

Cuando él llegó a una casita vieja -una cabaña que se desmoronaba- sin ventanas, sin techo, golpeada por el tiempo.
El hombre deambuló por allí y encontró una pequeña sombra donde se acomodó, huyendo del calor del sol desértico.
Mirando alrededor, vio una bomba a algunos metros de distancia, muy vieja y oxidada.

El se arrastró hasta allí, agarró la manija, y empezó a bombear sin parar.
Nada ocurrió. Desanimado, cayó postrado hacia atrás y notó que al lado de la bomba había una botella. La miró, la limpió, removiendo la suciedad y el polvo, y leyó el siguiente mensaje:

“Primero necesitas preparar la bomba con toda el agua de esta botella, mi amigo”

“Haz el favor de llenar la botella otra vez antes de partir.”
El hombre desenroscó  la tapa de la botella y, de hecho, tenía agua.
¡La botella estaba casi llena de agua! De repente, él se vio en un dilema:

Si bebía el agua podría sobrevivir, pero si volcase el agua en la vieja bomba oxidada, quizá obtuviera agua fresca, bien fría y abundante, allí en el fondo del pozo, todo el agua que quisiera y podría llenar la botella para la próxima persona… pero quizá eso no salga bien.

¿Qué debería hacer? ¿Volcar el agua en la vieja bomba y esperar el agua fresca y fría o beber el agua vieja y salvar su vida?

¿Debería perder toda el agua que tenía en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables, escritas no se sabía cuándo?

Con temor, el hombre volcó toda el agua en la bomba. Enseguida, agarró la manija y empezó a bombear… y la bomba empezó a chillar. ¡Y nada ocurrió! Y la bomba chilló y chilló.

Entonces surgió un chorrito de agua; después un pequeño flujo, ¡y finalmente el agua salió con abundancia! La bomba vieja y oxidada hizo salir mucha, pero mucha agua fresca y cristalina. Él llenó la botella y bebió de ella hasta saciarse. Luego la llenó otra vez para el próximo que por allí podría pasar, la enroscó y agregó una pequeña nota al billete impreso en ella:

“¡Créeme, funciona! ¡Necesitas dar todo el agua antes de poder obtenerla otra vez!”

REFLEXIÓN

1. Ningún esfuerzo que hagas será válido, si lo haces de la manera equivocada.
Puedes pasar toda tu vida intentando bombear algo cuando alguien ya reservó la solución para ti. ¡Pon atención a tu alrededor! ¡Dios está siempre listo a suplir tu necesidad!

2. Escucha atentamente lo que Dios tiene para decirte en la Biblia y confía. Como ese hombre, nosotros tenemos las instrucciones por escrito a nuestra disposición. Basta usarlas.

3. ¡Aprende mirar adelante y comparte! Aquel hombre podría haberse bebido la botella de agua y olvidarse de que otras personas la necesitasen como él,  pudiesen pasar por allí. Él no se olvidó de llenar la botella y todavía supo dar una palabra de incentivo. Preocúpate con quien está cercano a ti, recuerda: sólo podrás obtener agua
si la das antes.
Cultiva tus relaciones, ¡y da siempre lo mejor de ti!

 

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida

 Yo soy la luz del mundo

Yo soy la puerta

Yo soy el buen pastor

Yo soy la resurrección y la vida

 Yo soy el camino la verdad y la vida

Yo soy la vid y vosotros los pámpanos.

 

 


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