Revista Cultura y Ocio

El Alacava, barrio alto de la judería de Toledo (y II)

Por Pablet
El Alacava, barrio alto de la judería de Toledo (y II)La sinagoga
En la segunda mitad del siglo XV se menciona una sinagoga haciéndola servir como punto de referencia en la descripción de dos casas en la parroquia de San Román.
La primera de ellas, que pertenecía a “don Abraham batidor”, se levantaba en el adarve de Sancho Padilla (actual callejón de Esquivias). Lindaba con la casa del sedero Diego López y con “a las espaldas, una sinagoga de judíos”
El tributo que sus inquilinos entregaban anualmente a Alfonso Cota y Teresa Ortiz fue vendido en 1469. El monasterio de la Sisla lo adquiere un año después, y posteriormente lo vende a los capellanes de Reyes
Los sucesivos documentos de aceptación de este tributo, que se conservan hasta la Desamortización, nos informan acerca de la evolución de las casas vecinas a lo largo de los años y gracias a ellos podemos situar con precisión la casa de don Abrahan batidor judio en el espacio urbano del Alacava.
La segunda casa pertenecía en 1488 a un judío converso, Lope de Acre. Se la describe entonces en el adarve de los Golondrinos, medianera con “un corral que solía ser sinagoga de los judíos”  Lope de Acre se comprometió a entregar anualmente el tributo de 500 mrs. que recibía por esta casa al monasterio de los agustinos para la construcción de una capilla . Los sucesivos ocupantes del inmueble seguirían pagando este censo hasta 1707, y las aceptaciones de tributo que se conservan hasta esa fecha permiten seguir la historia de la casa.
En el Libro de Capellanias fechado en 1577 vemos que estaba en la esquina calle de las Bulas-callejón de Golondrinos. Los títulos de propiedad del monasterio desde 1707 permiten igualmente conocer quiénes fueron los ocupantes de la casa y qué inmuebles lindaban con ella. Hay documentos del último cuarto del siglo XVII y de principios del XVIII 48 que confirman que estaba en la citada esquina y cuáles eran sus linderos, uno de ellos un corral. 
Los citados documentos precisan, además, que tenía “un sótano que está debajo de ella con su puerta a la calle de las Bulas”, puerta que aún existía hasta hace unos meses.Valiéndonos de los documentos escritos y del análisis del terreno hemos conseguido localizar la parcela en la que en el siglo XV estaba la casa de Lope de Acre, y consiguientemente el emplazamiento de la sinagoga, que nosotros llamamos “de los Golondrinos”. Donde estuvo la casa de Lope de Acre se construyó otra que tenía en la planta baja sendos salones a los lados este y oeste del patio, bajo el que se hicieron dos aljibes que sustituyeron al sótano.
 En la parcela de la antigua sinagoga se edificó hacia 1930 una casa que se va a derribar próximamente. La sinagoga estaba pared con pared con la casa de Lope de Acre, en una manzana de la parte más alta del cerro del Alacava. Los resultados de las excavaciones de 2006 en la casa nº 29 de la calle de las Bulas confirman nuestras conclusiones acerca de la situación de una antigua sinagoga pegada a la casa que hacía esquina con la calle de las Bulas y la entrada del antiguo callejón de Golondrinos. 
El análisis de las estructuras a partir del informe arqueológico, unido a informaciones de personas que asistieron a los trabajos, nos lleva a plantearnos la existencia en esta casa de un baño ritual, que consistía en una sala pequeña con bóveda de cañón, accesible desde la calle por una puerta independiente. Una red subterránea, certificada por la existencia en las cercanías de un pozo llamado de Aizco, suministraba el agua corriente necesaria. Un corredor lateral interior facilitaba el paso de la sala abovedada a la sinagoga.
Planteamos por todo ello la hipótesis de que la casa esquina (antiguamente de Lope de Acre) componía un conjunto unido a la sinagoga; esta casa se levantaba sobre un baño ritual o miqvé, que podemos comparar con el de Besalú, “un espacio cerrado, de sólidos muros, con arcos de piedra y canalización para el agua” . Este tipo de conjunto era frecuente en los barrios judíos del sur de Italia. Reflexión El 24 de junio de 1492, Moisés y Samuel Anacagua, dos hermanos “joyeros judios”, venden a dos religiosas del monasterio de Santo Domingo el Real, “unas casas en esta dicha ciudad de Toledo en la colación de la iglesia de san Román al alacava dentro del adarve que dicen de los Golondrinos con unas almacrías”.
 Los dos hermanos eran, sin duda, los últimos representantes de la familia judía Anacagua, bien conocida en el siglo XIV porque uno de sus miembros construyó una casa de estudio en Toledo, que Albaneh menciona en su poema como “madrisa de Ben An-neqawa”. En este momento de nuestro estudio acerca de la judería de Toledo, creemos que esta madrisa estuvo en la casa que hace esquina en el adarve de Golondrinos, adosada a la sinagoga.
La escuela rabínica o “midrash de las Vigas”
El inventario de 1495 de los bienes de la comunidad judía (la aljama), sobre los cuales numerosos nobles de Toledo percibían tributos, confirma la existencia, en la Edad Media, de una casa de estudio o midrash en el barrio judío del Alacava. 
En efecto, conocemos un documento que refiere que “La aljama habia poseído censos sobre … unas casas que fueron midrás del aljama en el Alacava, que se llamaba Midrás de las Vigas …”. No se consigna ningún dato que sirva para precisar su ubicación en el barrio. En la primera mitad del siglo XVI, concretamente en enero de 1530, compra la casa, llamada «Midraz de las Vigas”, Martín de Santa Cruz boticario, que un mes después la grava con un tributo anual de 2.000 maravedis. a favor de la cofradía de la Santa Caridad.
Se conservan los documentos de aceptación de este tributo hasta 1647 ; muchos de ellos reproducen íntegramente el documento de 1530 , de manera que aportan información muy útil acerca del emplazamiento de esta casa. 
Nos referiremos al fechado en 1558 , que dice que la casa llamada “el Midraz de las vigas” está en el adarve “de Bernardo de los Pleytos”, como se llamaba la cuesta de Bisbís en este momento del siglo XVI. La identificación de una casa tributaria de los monasterios de Santo Domingo el Antiguo y de los Agustinos, que tiene la puerta principal a la calle de Bernardo de los Pleitos, una puerta pequeña a la calle de Caños de Oro, y que linda con la casa donde vive Luis de Belmonte , confirma que los nombres Bisbís y Bernardo de los Pleitos los llevó la misma vía, y que el midrash estaba en el lado derecho de la cuesta de Bisbís subiendo. 
El midrash de las Vigas se describe en 1564 como una casa grande con patio, de tres o cuatro plantas, dos palacios en la planta baja, crujías a los cuatro lados en el primer piso, un sótano bajo uno de los palacios. Estaba en la manzana que se extendía entre la calle Caños de Oro y la cuesta de Bisbís, manzana en la que había también, como veremos, una casa de oración perteneciente a la aljama. En 1460, los judíos intentaron volver a servirse de una casa de la aljama que cuarenta años antes usaban como oratorio, “que es en el adarue de maestre Pedro junto con las casas de Juan Aluares”, en la parroquia de Santo Tomé. 
Este adarve llevaba el nombre de uno de los ocupantes de la casa principal a la que daba acceso, la cual lindaba con una casa del cabildo de la catedral, una de cuyas cámaras daba “sobre el adarbe de Cannos de Oro” . Como vemos, el oratorio de los judíos del barrio de Santo Tomé estaba en una manzana de Caños de Oro. 
Utilizado para el rezo y la lectura y clausurado durante unos cuarenta años, este inmueble estaba en el siglo XV en medio de un vecindario cristiano. Que en la misma manzana se haya descubierto recientemente un pergamino con un fragmento de la Tora, concretamente en un nicho en la casa nº 3 de la calle Caños de Oro, confirma la importancia que esta manzana debió de tener en la vida religiosa de los judíos de la colación de Santo Tomé y subraya el interés con que debe ser tratada.
Conclusión
En el siglo XIV es probable que la aljama de Toledo tuviese en el barrio del Alacava dos conjuntos compuestos cada uno por una sinagoga y una escuela rabínica o midrash, que estarían situados uno en el antiguo adarve de los Golondrinos y el otro en la manzana de Bisbís Caños del oro. 
El barrio podía defenderse de ataques del exterior gracias a estar provisto de puertas o postigos entre ellos una puerta y un adarve que lo separaban del barrio cristiano de San Román, y un postigo, que en un tiempo se llamó del Pepino, más al oeste. Su existencia nos lleva a plantear que este barrio estaba cerrado por su lado norte por un muro o una muralla. El hecho de que ni este muro ni la puerta a la altura de la iglesia de San Román se mencionen después del siglo XII quizás se deba a su probable destrucción por las tropas de Enrique II en 1355 o por el progrom de 1391. 
Al sur, en contacto con la calle del Ángel, las calles transversales del Alacava se cerraban con puertas a su vez protegidas con cobertizos. Si bien este estudio permite trazar con más precisión su límite norte, está lejos de poder solucionar las numerosas cuestiones que plantea este barrio, llamado en el siglo XIII “arrabal judaico superior” o “arrabal exterior de los Judíos”, en sus relaciones con el “arrabal más grande de la judería”, que se conocería en el siglo XV como Barrio Nuevo, y en particular a este interrogante: ¿estaban protegidos estos dos barrios por una única y larga muralla?
Un siglo más tarde revalidamos la llamada de Ramiro F. Valbuena65 e insistimos en la urgencia y gravedad de la situación ; es imprescindible practicar excavaciones exhaustivas cuando se plantean proyectos de construcción en el antiguo barrio judío, que nos permitirán confirmar la situación de los edificios públicos de la judería que hayamos podido deducir mediante nuestros trabajos de arqueología de superficie.
Jean Passini (UMR 5648, CNRS)http://www.ehess.fr/ldh/documents/docs_equipe/Passini/Articl%20Alacaba%20.pdf

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