El alcoholismo es una dependencia física o emocional concerniente a la ingesta de alcohol.
Puede presentarse en diversas formas, ya que una persona alcohólica puede ser que se emborrache diariamente, o esperar a que acontezca el fin de semana para ir de copas y emborracharse.
Sin importar la causa, siempre la ingesta desmedida y excesiva de alcohol en forma prolongada en el tiempo, afecta al organismo, actuando de manera negativa sobre el hígado, el corazón y el cerebro
El alcohol puede generar con facilidad altos grados de dependencia. No es mala la ingesta de bebidas con alcohol, e incluso el vino tinto es considerado muy beneficio para el funcionamiento del organismo humano. Pero el beber de forma excesiva, todos los días o demasiada cantidad, si afecta y en forma seria, no sólo en la salud sino también en las relaciones sociales y laborales.
También puede causar serios conflictos con la ley, ya que se pierde la noción y conciencia de las actividades que se llevan a cabo, tales como conducir mientras se está ebrio.
Cuando se llega a tal extremo de sentir la necesidad de beber alcohol, a depender de él, es cuando se ha llegado a padecer alcoholismo.
Los síntomas determinantes para saber si se sufre de esta adicción, es que en un año sienta: deseos de beber de modo tal que no pueda dejar de hacerlo o controlar la cantidad, la necesidad de beber mayor cantidad para obtener el mismo efecto, y tener síntomas de abstinencia cuando no bebe. Con el transcurso del tiempo el alcoholismo puede volverse crónico.
El tratamiento a las personas que sufren de alcoholismo dependerá del grado de adicción que hallan alcanzado. Los casos más graves, en su mayoría, deben ser internados para recibir asistencia de manera continua y permanente.
Además, deben ser desintoxicados, por lo que se requiere necesariamente de la asistencia de un profesional médico.
Para tratar la necesidad y los motivos que han llevado a la persona a beber, se requiere de una asistencia psicológica.
Son muy efectivos los grupos de apoyo como Alcohólicos anónimos, que actúan con un sostén para los adictos ya que no se sienten solos y comparten sus dificultades con otros que sufren sus mismos síntomas y problemas de adicción.