Revista Cultura y Ocio
"Yo soy el tío más feminista del mundo.
Sin embargo, tengo mis contradicciones. Ahora mismo, por ejemplo, mis cinco compañeros y yo estamos tirando huevos sobre un grupo de mujeres desnudas o semidesnudas que se manifiestan delante del ayuntamiento. Los dos primeros proyectiles han fallado el objetivo por exceso de fuerza, pero los siguientes han impactado perfectamente en la cara y las tetas de las que sostenían la pancarta principal. Veo volar nuestros huevos como a cámara lenta, describiendo una hermosa parábola de abajo arriba y de arriba abajo, hasta estallar y convertirse en una baba pegajosa, sin belleza, natural, y pienso en la honda de David y el dibujo que hizo la piedra en el aire antes de inflamar la carne y desmontar el cartílago del hueso de Goliat, y no puedo evitar darme la razón cuando digo que hay algo platónico en la violencia".
Una de las cosas que más me gustan de un escritor es su capacidad para reinventarse en cada título. Por eso Iván Repila es un nombre fijo en mis compras. Hoy traigo a mi estantería virtual, El aliado.
Un hombre de mediana edad con ideas basadas en roles anticuados y sexistas conoce a una mujer llamada Najwa que le abre la mente al pensamiento feminista. De repente comienza a ver el mundo de otro modo descubriendo signos de machismo y opresión por todas partes. Es testigo de la lenta lucha de las mujeres, comienza a prestar atención a las de su entorno y llega a la conclusión de que necesitan algo que las active, pasar a la acción. Así nace su álter ego.
Si una utopía es una sociedad perfecta formada por personas satisfechas y felices, una distopía es justo lo opuesto a eso. Y ese es el camino que parece tomar Iván Repila en su última novela, aunque se encarga de dejarnos en cada página esa incómoda sensación de realismo en algunos de sus rasgos y en gran parte de sus orígenes. Y es que la novela de Repila trata de la lucha por la igualdad, el #MeToo se castellaniza para ser el #YoTambién y tira de frases que todos hemos oído más de una vez, e incluso normalizado en el peor de los casos y que sitúan a la mujer como trofeo o en casa. Es evidente que no gusta leerlo, no sólo por la crítica, sino por el mero hecho de saber que eso es así, que hay hombres así, familias así, una parte de la sociedad así. Pero, no olvidemos que he dicho distopía, así que Iván avanza rápidamente junto a un protagonista que se siente iluminado para pasar a creerse elegido. La novela arranca, el futuro es cercano, nos sitúa en apenas dos frases y la trama se convierte en una suerte de hipérbole corrosiva cuyo final no tardamos en temer catastrófico. Repila es tan atrevido como inconsciente su protagonista. No esquiva ni siquiera comentarios futuros, y lo sigue haciendo con un pie metido en la conciencia del lector que se remueve incómodo. El texto busca incomodar, que nos removamos en el asiento y nos preocupemos incluso de si alguna escena, por inocente que sea, nos hace esbozar una sonrisa. No dudo de hecho que a más de uno se les iba a atraganta o la tildarían de chorrada, a saber. Pero hay historias que son necesarias, libros que remueven, distopía incómodas que dejan un rastro en el pensamiento del lector y Repila ha construido una que es, además, de lectura fácil.
Me ha gustado El aliado. Me gusta que se diga lo que nadie hace, que provoque y que entretenga, porque, por si aún no lo he dicho, me lo he pasado bien durante su lectura.
Y vosotros, ¿os gustan las distopías?
Gracias.