Las antiguas civilizaciones desde tiempos inmemoriales utilizaron la naturaleza y los alimentos como medicina. Al considerar un alimento como posible medicación, se consideraba la totalidad del producto y en lugar de tratar de llegar al todo estudiando sus partes fragmentadas, los sabios sanadores orientales vieron este modo como una manifestación del movimiento, o de energía que llamaron “Ki”.
Para “Ki” no existe una traducción occidental literal, pero una traducción aproximada, podría ser carga electromagnética o vibración, en China se llama “Chi”, en India “Shakti” y en los escritos bíblicos se le denomina “Anima o Maná”. Y así los sabios trataron de determinar qué clase de Ki contiene un alimento y qué clase de energía Ki se crea en nuestro cuerpo cuando lo consumimos.
De esta manera estudiaron y entendieron los síntomas y las enfermedades como patrones Ki, de forma que todos los fenómenos existentes se clasificaron en Ki Yin (expandido), o Ki Yang (contraído).
Este mismo conocimiento empírico de sanación, fue utilizado en los diferentes periodos de la humanidad, sufriendo un cambio sustancial durante el periodo del Renacimiento europeo.
En la época medieval aún se practicaba la doctrina de las firmas, medicina basada en la observación analógica de la naturaleza con respecto al ser humano. En esta forma sabia de sanación, todas las partes de una planta eran utilizadas, tanto para nutrir como para restablecer el equilibrio en las diferentes zonas del cuerpo.
El estudio profundo de la Macrobiótica recupera esta sabiduría, y así aprovechando la plétora de calabazas, cebollas, manzanas y puerros de esta temporada en otoño, vamos a darle uso a todas sus partes.
La calabaza, al igual que la cebolla, son verduras redondas que han crecido con la misma carga Yin (fuerza de la tierra) y carga Yang (fuerza del cielo). En sí misma nutre y sana los desórdenes de los órganos centrales, por ejemplo, en caso de diabetes, hipoglucemia, pancreatitis, problemas de estómago y de bazo.
La raíz del puerro es utilizada para nutrir los riñones y dar raíz. Las manzanas, al ser un poco más expansivas y ser influenciadas más por la energía de la tierra yin, relajan e inducen al sueño.
La piel de la calabaza cocida con alubias rojas grandes y alga kombu, es beneficiosa en situaciones de estreñimiento.
El tallo o pie de la calabaza se utiliza con fines medicinales cuando hay tos crónica y muy concretamente cuando hay tosferina (ver receta).
Las semillas son utilizadas para varios usos, por ejemplo en infusión para descongestionar piernas y tobillos hinchados de agua o abdomen. Se aconseja en especial a las mujeres antes y después de dar a luz (ver receta).
Así pues con la entrada del otoño nuestro cuerpo se contrae para concentrar el calor en el interior y adaptarse con el mínimo de impacto al frío venidero.
Nuestra alimentación también debería apoyar esta iniciativa orgánica con alimentos que generen calor.
Si en los días precederos hemos tomado un exceso de alimentos que enfrían: frutas, helados, agua, dulces, verdura tropical y todas aquellas hierbas y especias y plantas que la naturaleza sabiamente proporciona en los países tropicales o en la estación estival, con el fin también de optimizar la adaptación para los seres que allí viven, entonces en nuestro cuerpo habrá un exceso de expansión y al contraerse por el invierno, este excedente emerge en forma de mucosidad que se manifiesta en resfriados, algunos mas virulentos que otros dependiendo de la calidad y cualidad de los alimentos ingeridos.
Aplicando este principio dinámico, un resfriado común es un ajuste inteligente del cuerpo para eliminar excesos que se manifiestan con algunos síntomas como escalofríos, mucosidad, tos, temperatura alta y otros.
Suprimir estos síntomas con medicamentos fuertes solo conseguirá bloquear la descarga y almacenar dentro el excedente que más tarde puede eclosionar con síntomas mas serios.
La cebolla ha sido utilizada desde siempre por nuestras abuelas como remedio casero para paliar los síntomas del los resfriados. Y se han usado desde cortadas al medio y dejadas cerca de la cama en la mesita para evitar la tos nocturna, hasta mezcladas con siropes de cereales como jarabe para expectorar y en reducción larga a fuego lento hasta conseguir una crema, que al comerla caliente, ayuda a movilizar mucosidades.
Hoy les vamos a dar uso a las pieles que normalmente se tiran. Si compras cebollas orgánicas, las pieles externas marrones o rojas, guárdalas en un lugar seco.
Infusión de piel de cebolla para tos convulsiva
1 litro de agua + un manojo de pieles de cebolla
Hacer hervir el agua, añadir las pieles de la cebolla
Infusionar 3 minutos.
Servir bien caliente, tomar hasta 4 veces al día.
Si las cebollas se están germinando y aparece un brote tierno verde, utilízalo.
Como activador de platos calientes, sopas, estofados de legumbres, estofados de raíces y cocciones largas. Estos brotes tiernos añadidos al final de las cocciones darán polaridad a tus comidas.
Remedio con brotes tiernos de cebollas secas para mucosidad que se está enfriando en el pecho, muchas veces causa de una bronquitis.
3 cm de brote tierno de cebolla
La misma cantidad de cebolla seca
½ ciruela de umeboshi sin su hueso.
Triturar y mezclar todo .
Comer en ayunas una cucharita y antes de la comida durante 3 días.
Infusión de tallo de calabaza:
Tostar hasta carbonizar el tallo de la calabaza.
Moler hasta convertirlo en polvo.
Pon a hervir 125 ml de agua y agrega para la infusión media cucharilla de polvo tostado.
Nota: cuando utilicemos calabaza, podemos cortar y reservar los tallos para preparar el polvo que podemos conservar en un bote de cristal.
Infusión de semillas de calabaza:
1 cucharada sopera de semillas de calabaza.
250ml de agua.
Dejar infusionar durante 4 min.
Las semillas de calabaza también son un excelente remedio para la próstata.
Tostar, apagar el fuego y en la misma sartén añadir salsa de soja.
Remover bien.
Se pueden dejar enfriar y guardar en un bote, comer como snacks, o añadir a las ensaladas.
Tostadas y molidas con alga nori, son un buen complemento remineralizador.
Calabaza salteada con miso:
Lubrica los intestinos, genera vitalidad.
Ingredientes:
Calabaza potimarron.
Mugi miso.
Elaboración:
Cortar la calabaza en lonchas finas, saltear con un poco de agua, añadir una cucharadita de mugi miso, tapar y dejar cocer a fuego lento durante 15 min .
Tempura de raíz de puerro:
Enraiza y flexibiliza.
Ingredientes:
Raíz de puerro, agua con gas, harina de trigo sarraceno, sal y hierbas aromáticas.
Elaboración:
Cortar la raíz del puerro, dejarla hidratando en agua, limpiarla bien y reservar.
Mezclar el agua con gas, la harina, la sal y las finas hierbas, hasta conseguir una pasta para rebozar.
Calentar en una sartén aceite, rebozar las raíces en la pasta y freír.
Servir con un poco de nabo rallado y soyu
Infusión de piel de manzana
Util en casos de insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
Ingredientes:
Piel de manzana, agua.
Elaboración:
Poner a hervir el agua e infusionar la piel de manzana.
Sobre el Autor
Patricia Restrepo
Escritora. Directora fundadora del Instituto Macrobiótico de España en Valencia y co-fundadora del restaurante orgánico Kimpira.
Consultora macrobiótica, Coach en nutrición y profesora de Yoga