Los organizadores del Seminario de Jardines Japoneses en Japón, me han vuelto a enviar información, y os quería comentar en que consiste el mismo, a través de mi experiencia.
El pasado año me enteré de la existencia del citado Seminario de Jardines Japoneses en Kyoto y rellené la solicitud, con ilusión, y la envié. En un primer momento no me aceptaron y más tarde, en el mes de julio, recibí la buena noticia de que alguien había renunciado y que podía volver a optar al mismo; así que por supuesto acepté. Soy de esas personas que creen que las cosas suceden por algo y éste fue uno de esos momentos.
La verdad es que fue una decisión acertada porque viajar a Japón ha sido la mejor de las experiencias que he tenido hasta el momento.
A mediados de octubre, dejé mi casa para embarcarme en una aventura que recordaré siempre.
El Seminario se lleva a cabo en la ciudad de Kyoto y alrededores; se organiza a través de “Research Center for Japanese Garden Art” y en colaboración con la Universidad de Arte y Diseño de la misma ciudad. Estuve alojada con mis compañeros en una residencia, más o menos próxima, a la Universidad que era el centro de operaciones. La organización del curso nos iba a recoger todos los días, por la mañana, para después ir a la Universidad y luego realizar visitas a los jardines.
El equipo de profesores eran personas totalmente involucradas en el tema. Entre ellos hay, tanto europeos como japoneses. El curso se imparte en inglés. Así que al principio me costó desenvolverme, sobre todo con los compañeros, con sus acentos de distintos países del mundo. Sin embargo, este curso es enriquecedor, precisamente, por el intercambio de ideas y opiniones de las distintas personas que pertenecen a varios lugares del mundo. Con mi nivel medio de inglés, entendía mejor a los japoneses que a otros profesores y sin embargo con mis compañeros sucedía lo contrario.
En cuanto al Seminario en general se trataba más o menos de todo: tanto teoría como práctica. Recuerdo lo que me dijo Wybe Kuitert, uno de los coordinadores del curso:para entender los jardines lo que menos importa es el idioma.
Durante el Seminario la organización había planeado un par de “fiesterillas”; la primera que coincidía con el primer día de Seminario, como toma de contacto, paraconocernos tanto la plantilla de profesores, estudiantes, traductores y colaboradores y la segunda fiesta fue la “fiesta de la cerveza”, en el que se compartieron risas y conversaciones con los jardineros que participaron en el mismo.
Tengo que decir, que todas las personas que participaron en el Seminario ya fueran tanto profesores como estudiantes fueron increíbles; hicieron que me sintiera como en una gran familia.
El último día del curso, nos llevaron a un “paraíso japonés” y digo paraíso porque era un paisaje maravilloso, en las montañas próximas a Kyoto, para demostrar lo que habíamos aprendido, a lo largo de estos días. Cada uno de nosotros tuvimos que elegir una zona del paisaje y realizar un jardín japonés. Para ello tuvimos a nuestra disposición todos los materiales posibles que nos ofrecía el paisaje montañoso por donde circulaba un río. Así que durante cinco horas y, al principio, un poco perdidos planificamos y luego ejecutamos nuestro “jardín japonés”. Fue un trabajo intenso pero muy satisfactorio; increíble diría yo. Tuve la suerte de contar con la ayuda de dos de los profesores Ken Kawai y Takahiro Naka, que estuvieron apoyándome en todo momento.
Cuando esa noche me fui a dormir, sabía que mi experiencia japonesa empezaba a finalizar y me entristecí. Después nos llevaron de nuevo a la Universidad y nos despedimos. Para mí fue el peor de los momentos del Seminario, aunque a la vez, me sentí muy feliz porque había tenido la oportunidad de realizar el curso, y conocer personas tan diferentes con un objetivo común: aprender y entender lo que son los jardines japoneses.
Desde mi singular experiencia os animo a participar en este Seminario, en el que te puedes dar cuenta de: la maravilla de que suponen los jardines japoneses y, lo más importante, la esencia y la simbología de los mismos; del respeto de los japoneses por estos espacios que están unidos a una casa de té, a un templo a un santuario, etc.
Cada vez que nos llevaban a un jardín japonés nos dejaban tiempo para conocerlo a través de la observación y de la contemplación. Hay una extensa bibliografía acerca de los mismos y que nos pueden proporcionar una idea de lo que son, pero en realidad, hasta que no estás en ellos no te das cuenta de su significado.
Los occidentales, quizás, deberíamos replantearnos el verdadero significado de la jardinería y el paisajismo. Los jardines japoneses son como escenarios, que en cada momento puedes descubrir elementos diferentes; a su alrededor se percibe energía y algo de ella me permanece en mi corazón.
Me gustaría, con todas mis fuerzas, que alguna vez pueda realizar un jardín en el que exista una décima parte de energía de la que yo percibí en Japón.
Si quereis saber más: http://www.jghh.jp/center/semnew
