El alma en tu mundo (ii)

Continuación…

El mundo nuestro -a pesar de sus apariencias- está poblado de tantas Almas como habitantes! Cada habitante tiene su propia Alma, capaz de amar, de ser libre o de sentir a Dios -y llámale como quieras a aquello que te trasciente y te conecta con el Universo y su Creación- y lo que nos diferencia a cada uno de nosotros es, precisamente, nuestra conexión mayor o menor con ella. Esa conexión viene dada cuando eres capaz de sintonizar con lo que te rodea y hacerte sentir Uno con todo ello, ya sea la Naturaleza o la propia Humanidad. Cuando sientes formar parte de ellas, desaparecen las diferencias, las comparaciones, las individualidades y especificidades y aparece en tu vida el sentimiento de la Unión. Todo y Todos formamos parte de Algo, al que solemos denominar Dios o Amor o, simplemente, Vida. Con mayúsculas, pues poco tiene que ver con ese otro amor, vida o dios que nos han enseñado a creer solo con la razón y basado únicamente en circunstancias solo externas y temporales.

Cuando eres capaz de vivir desde el Alma, desaparecen las amenazas, el miedo o el sufrimiento. Cada cosa que vives tiene su sentido esencial y tu Alma lo puede identificar y sentir, sin tratar de razonarlo, argumentarlo, compararlo o juzgarlo, como la mente suele hacer. En el lado opuesto cuando desoyes tu Alma, permites que tu mente domine tu vida y todo te resulta ajeno, extraño y amenazador. Solo el Alma -equidistante entre la razón y el corazón- es capaz de sentir todo como algo necesario y, a la vez, común a todo y a todos. Esa es nuestra misión esencial en la vida, aprender a conectarnos con el Alma para vivir la vida como una oportunidad y no como un castigo, una broma de mal gusto o una serie de problemas que hay que intentar sortear, para sobrevivir. Lamentablemente, en nuestro mundo abunda más ese concepto de la vida, que nos enseñaron de pequeños y que el paso de los años sin sentido va consolidando en nuestra manera de ser, pensar y de vivir.

Seguirá…