El alma venezolana

Venezuela baila su enésima dictadura. Hubo luto porque el “gigante” murió, ahora hay luto porque además de la inseguridad, están asesinando a venezolanos sin importar quienes sean. Pedro Estrada estaría llorando lágrimas de emoción al ver tantas balas y tanta sangre en pocos días. La herida del alma del país se hace cada vez mayor, porque el venezolano siempre pudo pensar distinto y lo hacía porque le daba la gana, ahora todavía tenemos un grupo de venezolanos con un discurso que nadie entiende, nadie reconoce, nadie asume. Son baños de democracia que cuando la sangre de los muertos salpica, tienen que bajar la voz y cambiar de tema. Es el grito de que acá tenemos democracia pero a una sola voz, la de ellos. Profieren que estamos enfrentando una invasión o un ataque yanqui, pero Maiquetía parece el aeropuerto internacional de La Habana. Critican el imperialismo yanqui, se callan del imperialismo cubano.
Atacan una y otra vez al capitalismo y resulta que la dictadura chavista ha ejercido el capitalismo de estado desde los tiempos de la Misión Bolívar 2000, y todavía los defensores del régimen tartamudean cuando tienen que explicar los maletines de Argentina, los prestamos de China y el mejor: El único cliente que nos compra y paga el petróleo al momento: El mentado imperio yanqui. Esto ni hablar de lo que ha venido abriendo la herida, los cientos de miles de muertos anónimos en un país donde la vida no vale más que el precio de quitarla.
Entiendo la vena ideológica de un mundo multipolar, justo y mejor. Lo triste es que los que usan esta bandera ideológica, los Chávez y ahora los Maduro, los Kirchner, los Lula, los Evo y los Correa, son los gobiernos o regímenes más corruptos de la historia reciente de Latinoamérica. Cuando las instituciones de transparencia internacional los señalan, atacan de vuelta contra el imperialismo yanqui patrocinado por el imperialismo cubano.
Estos tipos venden el discurso de igualdad pero construyen fortunas de padre y señor nuestro. Cuando la gente pide que sean investigados, entonces aparece el fascismo, aparece el golpe de estado, aparece la intervención extranjera, aparece cualquier cosa que haga olvidar que estos políticos han ido humillando sus países con una facilidad pasmosa.
Acá es donde nuevamente el defensor de la dictadura o el gobierno que sea, calla y cambia de tema. No que ellos no roban, simplemente tienen sus ahorros, no que eso es persecución mediática para acabar con lo que han construido… Nada.
Que este socialismo hiciera cosas buenas, probablemente si, uno debe ser amplio de criterio. Pero que ha hecho demasiadas cosas malas, es que no hay más excusas y aun así, los defensores de lo indefendible siguen con el discursito. Estos gobiernos son los que prefieren callar a los suyos con pan y circo y no ponerlos a trabajar. Si acaso el que trabaje es el colectivo que salga asesinar.
Y así va el alma venezolana, tratando de restituirse, tratando de retomar su vía democrática, tratando de luchar para que las discusiones sean con un café y no con un arma en la frente. Tratando de hacer que aquellos que piensan obligados o por discurso tengan el libre albedrío de pensar lo que les salga del forro. Que puedan decir que Capriles hizo mal algo al mismo tiempo que reconocer que la inseguridad es un mal de esta revolución y que poco o nada han hecho para arreglarlo, bueno si, veinte y pico de planes de seguridad derrotados uno tras otro.
El alma venezolana tiene que pensar libremente. Que se busquen maneras de ayudar a los que están más afectados pero con trabajo para que puedan independizarse de las presiones de los gobiernos. Que la democracia sea de aquí para allá y de allá para acá, no que la impongan de un lado o de otro.
Ojala pudiéramos estudiar y analizar las fortunas que han construido los Chávez, los Maduro, los Cabello, los Ramírez y un gentío que aunque no figuren en lo político han maquillado de sangre sus apellidos con esta revolución. Dilapidaron un país y ahora culpan a los más pajuos, así de sencillo.
Esta lucha seguirá, no solo en la protesta y en todas las formas de hacerlo, también ha de ser en las ideas, en el hacer saber a los que están bañados de aquel discurso que pueden pensar diferente, no como uno, pero diferente. Que tanta sangre no hace falta para que construyamos un país donde cabíamos todos. Que los cientos de miles de muertos por inseguridad y ahora por represión política tienen que ser el llamado de emergencia para que aterricemos y nos avoquemos a lograr un mejor país, una mejor Venezuela.
Les dejo una canción que hizo, para mí el mejor venezolano de todos los tiempos junto a José Gregorio Hernández: Simón Díaz con la legendaria banda Guaco, la cagada es que haya sido transmisión de venevision.